ARTICULO

El Reporte de Educación En Ontario

06 de Febrero de 2014 a las 07:33

escuela

 

Por: Anabelle Chacón Castro

 

Lo que revelan los resultados.

Las evaluaciones, al igual que las comparaciones, son odiosas pero necesarias.  En toda actividad se necesita tener parámetros que determinen su eficiencia.  El caso de la educación no puede estar exento de este tipo de situaciones.  Una de las cosas que me sorprendió cuando llegué aquí son los estándares que existen a nivel de educación que permiten tomar correctivos y poner niveles generales que se deben cumplir.  Esto para mí fue nuevo; como maestra, que era en mi país, esta idea era desconocida porque no existían este tipo de referentes, solamente en los últimos años es que se está tratando de introducirlos. 

 

Otro de los tabús que traemos los latinoamericanos es el pensar que nuestra educación es mejor que la que tenemos aquí.  Esto, por un lado es cierto, en cuanto a conocimiento pero no en cuanto a la practicidad del mismo porque la educación nuestra peca de enciclopedista; es decir, que sabemos poco de mucho y no mucho de poco, que es el enfoque práctico que se tiene aquí.  Los resultados hablan por sí solos; nosotros todavía estamos sumidos en países tercermundistas mientras que Canadá se ubica en el primer mundo; nosotros somos consumidores de tecnología mientras que aquí se la genera.  Según el informe PISA (Programme for International Student Assesment) 2012, Canadá está en la posición 13 de 65 países participantes.  Cabe indicar que fueron pocos los países latinoamericanos que participan en este estudio y, de los pocos que lo hicieron, el que mejor se ubicó fue México en el puesto 53.

 

Ya más localmente, nuestra comunidad tiene un altísimo grado de deserción lo cual no debería ocurrir si la educación que traemos se supone que está bien cimentada.  En un estudio que participé, en el OEISE de la Universidad de Toronto en marzo del 2009, se planteó que era asunto de actitud.  Muchos de los fenómenos sociales tienen la misma lógica que los familiares; esto tiene un fundamento inductivo – deductivo; es decir que, lo que es aplicable en a una micro sociedad, como es la familia, se puede aplicar a la macro sociedad; obviamente, guardando las proporciones.

 

Al leer el informe de la Education Quality and Accountability Office (EQAO) se puede apreciar que las escuelas que más han progresado en términos de alcanzar los estándares requeridos por la provincia son aquellas que muestran una actitud diferente frente al problema y han superado sus propias limitaciones.  Por ejemplo, en el área de Toronto la escuela que más mejoró es la John G. Diefenbaker que de un 6.3 (sobre 10) llegó a un respetable 7.6 en este último reporte.  Su Directora, Marcia Dixon, revela que desde la vez anterior que fueron evaluados, la escuela se concentró en la motivación de los estudiantes y en el reconocimiento de sus logros; es decir, en el refuerzo positivo.  En la región de York, la escuela que más mejoró fue St. Vicent de Paul pasó de un 7.3 a un 7.8 y la razón para esto fue la dedicación de sus maestros, según su Director, Christobel Payne.  En el caso de Stella Mari, de 6.1 a 6.8, que tiene el 90% de sus estudiantes que hablan portugués como primera lengua, vieron que el lenguaje era una barrera muy grande y se concentraron en las matemáticas, que es un lenguaje universal.  La escuela Beryl Ford, de la región de Peel, se enfocó en los hábitos de estudio para mejorar su evaluación y alcanzar un 6.9.

 

Hay sectores de la sociedad que no están de acuerdo con este tipo de reportes porque, según afirman, estigmatizan a las escuelas.  Sin embargo, si se toma el enfoque positivo, puede ser que estos parámetros sean ayuda para encontrar falencias y tomar correctivos.  La organización People for Education quiere que las evaluaciones pasen a ser cualitativas más que cuantitativas y que en los parámetros que se miden (actualmente sólo tres: matemáticas, escritura y lectura) se incluya la creatividad, la salud emocional, por ejemplo; pero esto sería (a mi forma de ver) hilar demasiado fino y, de cualquier forma se volvería al esquema de evaluación cuantitativa, tal vez con más probabilidad de márgenes de error porque son parámetros propuestos son muy subjetivos.  Lo que puede ser considerado creativo para alguien, puede que para otro no lo sea, mientras que en los que se evalúa ahora son más objetivos.

 

En fin, si se revisa el reporte Fraser, se puede observar todos los detalles de cada una de las escuelas de Ontario.  Pero las que me llamaron la atención son aquellas que mejoraron sustancialmente para saber que hicieron diferente.  Los pocos ejemplos mencionados, muestran que lo que hicieron las escuelas para mejorar es algo que se puede hacer en los hogares para ayudar a nuestros hijos.  Cosas simples como: motivación positiva, hábitos de estudio, refuerzo en las habilidades, dedicación de los padres; son cosas elementales que se necesitan para que nuestros hijos logren sus objetivos académicos.  No se puede esperar que la escuela lo haga todo ni delegar las responsabilidades que tenemos como padres a los maestros. 

 

Einstein decía: “Como puedes esperar obtener resultados diferentes haciendo siempre lo mismo”.  Las escuelas conscientes de esta realidad se enfocaron en objetivos que les permita mejor el nivel educativo de sus instituciones y, muchas de ellas lo lograron.  Exactamente lo mismo podemos hacer a nivel de familia.   Recuerde que la educación viene de casa, en la escuela se da únicamente conocimiento.

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