ARTICULO

UNA HISTORIA QUE COMENZO CON UNA INVASION Ahora es la historia de un genocidio

17 de Julio de 2014 a las 07:37

Anabelle

Por: Anabelle Chacón Castro

El asunto es sencillo de explicar pero difícil de comprender.   Le voy a contar una historia donde le posiciono a Usted y su familia como protagonistas.  Imagínese a Usted dueño de su casa, viviendo cómodamente con su familia.  Ahí Usted paga su hipoteca, sus cuentas, vive y disfruta con sus hijos, comparte con sus vecinos; en fin, tiene una vida apacible y feliz, sin hacerle daño a nadie.  De pronto, un buen día llega al vecindario una familia refugiada, todo el mundo sabe que han sufrido mucho, que perdieron muchos de sus miembros por crueles asesinatos, que les robaron y, ahora, no tienen a dónde ir.  El vecindario, solidario como ellos solos (con cosas ajenas), se reúne y deliberan sobre la situación de esta particular  familia.  Todos tienen palabras de cariño frente a la situación de sufrimiento y calamidad que han sufrido pero, en la práctica, nadie está dispuesto a abriles las puertas de su casa para acogerlos. 

 

De pronto, alguien argumenta que esta familia solía habitar en la que ahora es su casa y que deberían vivir allí por derecho legítimo de sus antecesores.  Usted actúa sorprendido, porque desconocía la situación y, si así fue, ahora ya no lo es.  Usted es el legítimo propietario de su casa y por ella, Usted y su familia, han pagado lo correspondiente y es su hogar y nadie tiene derecho a desalojarlos y darles a esta familia errante.  El vecindario somete a votación, porque encontraron la forma de lavarse las manos posesionándolos en su casa, en vez de la de ellos.  La votación se da, independientemente a sus alegatos y oposición y se le impone la presencia de esta familia en su casa.  Todos dicen que no se preocupe, que será temporal, que todo el vecindario le ayudará con los problemas y que todo es hasta que los refugiados salgan adelante.

 

Entre la espada y la pared, Usted no tiene opciones y decide aceptar, confiando en sus vecinos, que vengan a su casa.  La familia refugiada se instala en un cuarto asignado y se establecen las reglas para que la convivencia sea civilizada.  Con el pasar del tiempo, el vecindario se olvida del problema y nadie quiere escucharle cuando Usted pide que se trate el asunto.  La familia refugiada que fue asignada a un cuarto, pero poco a poco se fue posesionando de otro y otro más, alegando derechos pasados.  Usted comienza a desesperarse y pide al vecindario que actúe y desaloje a la familia, pero son oídos sordos y la situación se sigue alargando y complicando más, para Usted obviamente, que cada vez vive más estrecho con su familia, mientras los otros cada vez están más orondos.

 

Con el pasar del tiempo la situación se ha invertido completamente, ahora Usted es visto por el vecindario como el invasor, porque los refugiados han progresado mucho y se han hecho amigos de los vecinos, recordándoles siempre que ellos tienen derechos sobre su propiedad, que resulta que ya no lo es.  Su vida se trasformó en el correr de estos años, ya no tiene derecho de nada porque solamente vive en dos cuartos reducidos donde no tiene ni el derecho a hablar.  Su casa ha sido remodelada, ya el vecindario ni se acuerda de Usted.

 

Ante esta injusta situación, Usted decide protestar y organiza con su familia un plan de ataque para tratar de recuperar su propiedad y sus derechos.  Los ahora dueños, se quejan de inmediato con el vecindario, ante los cuales Usted es un malagradecido de que se le permita vivir allí, con lo cual abalizan las represalias que el nuevo dueño tome en su contra para que él pueda vivir en paz, incluido el homicidio si fuese necesario.   Después de todo, ellos son personas de fe, elegidos de Dios, y Usted y su familia simples terroristas infieles que merecen ser exterminados por ser tan vengativos.

 

Si Usted encuentra que esta historia es una alegoría y se parece a lo que ocurre entre Israel y Palestina, es pura coincidencia.  Si ese es el caso, ubique los mapas de la evolución territorial de Palestina desde antes que la ONU designó, arbitrariamente, en 1947 la asignación de sus territorios a Israel; así podrá entender fácilmente esta historia.  El mundo sigue abalizan los horrores que pasan.  Localmente, el Primer Ministro Steven Harper, apoya al estado sionista con el pretexto de que “Israel tiene derecho de defenderse de los ataques terroristas”.  El pueblo palestino no tuvo nada que ver con el holocausto que sufrió el pueblo judío y esto no les da derecho a cometerlo con los palestinos.  Una historia que comenzó con una invasión ahora se ha transformado a la de un genocidio.

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