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Vacaciones y Proyectos Familiarres

28 de Junio de 2013 a las 10:05

Toda oportunidad es buena para educar a nuestros hijos

Vacaciones

Llegó el verano y con él las vacaciones. Muchos hogares comienzan a preguntarse qué se puede hacer con los niños y jóvenes de la casa para mantenerlos ocupados.

Las alternativas son muchas. Se puede encontrar una serie de cursos de verano ofrecidos por la ciudad, actividades en las bibliotecas, campamentos de verano; en fin, una gama para todos los gustos, edades y presupuestos.

Pero este tipo de actividades no tienen que ser improvisadas o tomadas como una forma de mantener a nuestros hijos fuera de casa y bajo la supervisión de alguien, sino que pueden ser aprovechadas para que pasen a contribuir a la formación integral de los niños y jóvenes.

Por ejemplo, los cursos de natación tienen una serie de niveles que garantizan, al final de todo ellos, que los inscritos naden bien con el estilo correspondiente; pero si no se toman con la seriedad del caso, puede que el aprendiz logre sobrevivir en el agua chapoteando pero sin ninguna gracia ni menos estilo.

Esto ocurre con cualquier otro tipo de actividad, ya que los cursos están diseñados para que tengan una secuencia en el desarrollo de destreza en determinada área.

Cabe recordar que la formación de un niño tiene tres pilares fundamentales: físico, cognitivo y emocional; y, este tipo de actividades recreacionales que se dan en el verano contribuyen a esta formación integral.

En lo físico desarrollan destrezas, en lo cognitivo se adquiere conocimientos prácticos y en lo emocional se fomenta la autoestima.

El verano trae consigo mucha energía y oportunidades para compartir con nuestros hijos, pero las actividades recreacionales también pueden combinarse con las familiares.

El clima ofrece la oportunidad de realizar ciertos eventos para compartir con familiares y amigos, tanto en lo social como en lo doméstico.

Es una buena oportunidad para desarrollar proyectos en casa que permitan enseñar a nuestros hijos a tomar responsabilidades sobre los quehaceres domésticos. ¿Por qué no pensar en pintar la cocina u organizar un huerto en el patio trasero? Algo donde nuestros muchachos tomen responsabilidad e iniciativa y contribuya al mejoramiento de nuestro hogar para que se sientan parte de la familia.

Por otro lado, esto también enseña a que los jóvenes planifiquen sus proyectos y piensen en función de grupo y no en forma individual.

Lo importante de las vacaciones es que el tiempo de nuestros hijos sea productivo en su formación. No se trata de irse a los extremos.

Ni que estén vagando y desperdiciando su tiempo, ni de ocuparlos y cargarlos de cosas con el síndrome de la ocupación.

Se trata de balancear el tiempo y de organizar el tiempo de tal forma que puedan hacer una serie de cosas. Tiempo disponible hay más que suficiente para todo.

En toda actividad siempre hayalgo que les podemos enseñar, pero eso implica que nosotros primero tratemos de visualizar el tiempo de verano y tomemos la iniciativa que guiarlos en este proceso.

La escuela les puede instruir pero quien tiene la obligación de formar a los niños y jóvenes somos los padres y si la palabra enseña, el ejemplo arrastra.

Si ellos nos ven disfrutando del verano y haciendo proyectos (y llevarlos a cabo) ellos aprenderán que ni siquiera la diversión se improvisa sino que se planifica y eso, ya es una ganancia.

El clima se pone cada vez más generoso con nosotros. ¿Por qué no serlo con nuestros hijos y dedicarles el tiempo que necesitan? Muchos hablan que no es la cantidad sino la calidad.

Personalmente, nunca lo he creído así. No se puede ser padre (o madre) en cinco minutos al día, se tiene que dedicarles el tiempo y enseñarles a cómo disfrutar de unas vacaciones sanas y productivas.

Si ya está tarde para los campamentos o cursos de verano, prepare Usted lo suyo propio, sus hijos los merecen.

Que éste verano no pase desapercibido, especialmente porque parece que va a ser corto y tan pronto como acordemos ya se habrá ido.

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