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ARGENTINA LE DICE NO AL ABORTO Hechos y realidades

16 de Agosto de 2018 a las 07:17

ARGENTINA LE DICE NO AL ABORTO Hechos y realidades

Por: ANABELLE CHACON CASTRO

Argentina vuelve a ser noticia, tras los cuadernos de la corrupción que implican a Cristina Fernández, el 9 de agosto el senado dijo no - con 38 votos en contra, 31 a favor y 2 abstenciones- a la legalización del aborto en Argentina y deja en vigencia una ley que data de 1921.

La ley de 1921 contempla el aborto en situación de violación o de riesgo de vida para la madre; en caso de producirse por otras circunstancias, el penalizado hasta con cuatro años de cárcel.   El proyecto de ley que estaba en discusión contemplaba la decisión libre de la madre sobre la vida del feto hasta la semana catorce y lo promovía como seguro, libre y gratuito.  El proyecto paso la fase de aprobación de la cámara de diputados el 14 de junio, pero se requería la aprobación del senado para que se convierta en ley.

De los 38 senadores que votaron en contra del proyecto 24 son hombres y 14 mujeres, mientras que de los 31 que estaban a favor, 17 son hombres y 14 son mujeres.  Irónicamente, en términos de representatividad, los 38 senadores en contra representan el 28% de la población argentina y el 31% representan el 63.3%.   A pesar de que se trató de limitar el tiempo de participación de los senadores en 30 minutos, la sesión duró 16 horas.  Causó sorpresa el cambio de posición de, la hoy senadora, Cristina Fernández que cuando fue presidenta se mostró reacia a la ley, hoy votó a favor.

Los hechos son que, según el diario bonaerense El País, una mujer aborta cada minuto y medio en Argentina y hay más de 100 mil embarazos adolescentes anuales y, cifras extraoficiales, hablan de entre 350 y 450 mil abortos clandestinos que incluyen métodos totalmente anacrónicos como agujas de tejer o tallos de perejil.  La situación no es diferente en el resto de Latinoamérica.  El vecino Brasil registra entre 450 y 500 mil abortos, 80% de ellos de mujeres pobres, negras y/o ignorantes.  En Ecuador, 6 niñas menores de 14 años cada día dan a luz, producto de violaciones.  Sin embargo, solamente en Uruguay es legal, los demás países mantienen cierto tipo de restricciones como violación, mal formación y/o peligro para la madre, pero todavía existe la negación total en países como Haití, Nicaragua y El Salvador, donde la pena es de 50 años de cárcel para la mujer que lo haga y, obviamente, cero para el padre.

Por otro lado, la defensa a la vida es el principal argumento de quienes se oponen.  Un feto en la semana catorce ya tiene la forma del cuerpo del bebé, pero en un tamaño menor, mide aproximadamente 10 cm y pesa alrededor de 30 gr, también presenta movimientos faciales. El aspecto religioso influye mucho en la posición contraria al aborto, pues es considerado como un crimen.

Argentina ha puesto sobre la mesa un tema que tiene muchas implicaciones morales, legales y de salud.  El proyecto no podrá ser propuesto nuevamente hasta el siguiente año puesto que así lo determina la legislación para una ley que ha sido rechazada por el senado, sin embargo, el presidente Macri ha ofrecido presentar una reforma al código penal que suavice las penas para las mujeres que hayan abortado.

Las leyes deben servir para legislar situaciones sociales que se van presentando y proteger a los más desprotegidos.   El hecho es que los abortos clandestinos seguirán ocurriendo con o sin ley, las mujeres de clase media y alta lo harán en clínicas privadas en completo anonimato, mientras que las pobres y vulnerables lo harán en la clandestinidad y bajo las peores condiciones y son las que estarán sujetas a ser condenadas como criminales.  Por otro lado, llama la atención patriarcado que se sigue ejerciendo con el cuerpo de la mujer, las únicas que son castigadas con el rigor de la ley son las mujeres y los hombres ni siquiera aparecen en la ley; si es que hay un bebé, es porque existe un padre y una madre, y si este bebé no llegase a nacer los responsables deberían ser ambos y no solamente tachar como culpable a la mujer, ya que para el hombre es fácil decir “no es mío”, “no sabía”, “yo no quería” o cualquier otra excusa fatua.  Como decía la senadora peronista: "Las mujeres están solas. El varón aborta antes, desapareciendo. Por eso este es un problema de mujeres. Los abortos se hacen y el debate hoy es por el aborto legal o ilegal”.

Argentina vuelve a ser noticia, tras los cuadernos de la corrupción que implican a Cristina Fernández, el 9 de agosto el senado dijo no - con 38 votos en contra, 31 a favor y 2 abstenciones- a la legalización del aborto en Argentina y deja en vigencia una ley que data de 1921.

La ley de 1921 contempla el aborto en situación de violación o de riesgo de vida para la madre; en caso de producirse por otras circunstancias, el penalizado hasta con cuatro años de cárcel.   El proyecto de ley que estaba en discusión contemplaba la decisión libre de la madre sobre la vida del feto hasta la semana catorce y lo promovía como seguro, libre y gratuito.  El proyecto paso la fase de aprobación de la cámara de diputados el 14 de junio, pero se requería la aprobación del senado para que se convierta en ley.

De los 38 senadores que votaron en contra del proyecto 24 son hombres y 14 mujeres, mientras que de los 31 que estaban a favor, 17 son hombres y 14 son mujeres.  Irónicamente, en términos de representatividad, los 38 senadores en contra representan el 28% de la población argentina y el 31% representan el 63.3%.   A pesar de que se trató de limitar el tiempo de participación de los senadores en 30 minutos, la sesión duró 16 horas.  Causó sorpresa el cambio de posición de, la hoy senadora, Cristina Fernández que cuando fue presidenta se mostró reacia a la ley, hoy votó a favor.

Los hechos son que, según el diario bonaerense El País, una mujer aborta cada minuto y medio en Argentina y hay más de 100 mil embarazos adolescentes anuales y, cifras extraoficiales, hablan de entre 350 y 450 mil abortos clandestinos que incluyen métodos totalmente anacrónicos como agujas de tejer o tallos de perejil.  La situación no es diferente en el resto de Latinoamérica.  El vecino Brasil registra entre 450 y 500 mil abortos, 80% de ellos de mujeres pobres, negras y/o ignorantes.  En Ecuador, 6 niñas menores de 14 años cada día dan a luz, producto de violaciones.  Sin embargo, solamente en Uruguay es legal, los demás países mantienen cierto tipo de restricciones como violación, mal formación y/o peligro para la madre, pero todavía existe la negación total en países como Haití, Nicaragua y El Salvador, donde la pena es de 50 años de cárcel para la mujer que lo haga y, obviamente, cero para el padre.

Por otro lado, la defensa a la vida es el principal argumento de quienes se oponen.  Un feto en la semana catorce ya tiene la forma del cuerpo del bebé, pero en un tamaño menor, mide aproximadamente 10 cm y pesa alrededor de 30 gr, también presenta movimientos faciales. El aspecto religioso influye mucho en la posición contraria al aborto, pues es considerado como un crimen.

Argentina ha puesto sobre la mesa un tema que tiene muchas implicaciones morales, legales y de salud.  El proyecto no podrá ser propuesto nuevamente hasta el siguiente año puesto que así lo determina la legislación para una ley que ha sido rechazada por el senado, sin embargo, el presidente Macri ha ofrecido presentar una reforma al código penal que suavice las penas para las mujeres que hayan abortado.

Las leyes deben servir para legislar situaciones sociales que se van presentando y proteger a los más desprotegidos.   El hecho es que los abortos clandestinos seguirán ocurriendo con o sin ley, las mujeres de clase media y alta lo harán en clínicas privadas en completo anonimato, mientras que las pobres y vulnerables lo harán en la clandestinidad y bajo las peores condiciones y son las que estarán sujetas a ser condenadas como criminales.  Por otro lado, llama la atención patriarcado que se sigue ejerciendo con el cuerpo de la mujer, las únicas que son castigadas con el rigor de la ley son las mujeres y los hombres ni siquiera aparecen en la ley; si es que hay un bebé, es porque existe un padre y una madre, y si este bebé no llegase a nacer los responsables deberían ser ambos y no solamente tachar como culpable a la mujer, ya que para el hombre es fácil decir “no es mío”, “no sabía”, “yo no quería” o cualquier otra excusa fatua.  Como decía la senadora peronista: "Las mujeres están solas. El varón aborta antes, desapareciendo. Por eso este es un problema de mujeres. Los abortos se hacen y el debate hoy es por el aborto legal o ilegal”.

 

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