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¿Qué sucede con los “Dreamers” en Canadá?

19 de Septiembre de 2017 a las 09:37

Por Rene C. Berrospi

TORONTO.- Mi primer caso en Canadá fue una aplicación por razones humanitarias para un niño jamaiquino de 17 años, definitivamente jamás olvidare ese caso. El niño había sido entregado por sus padres biológicos a una pareja de canadienses, cuando estos se encontraban de vacaciones en Jamaica. En esa época, el niño tenía 3 años y los supuestos padres adoptivos hicieron la promesa que ellos adoptarían al niño cuando llegaran a Canadá, esto también fue comunicado por escrito a la Embajada de Canadá en Jamaica para que la embajada otorgara la visa de turista. Lamentablemente, debido al descuido de los padres “adoptivos”, la adopción nunca se realizó y el niño vivió en Canadá sin estatus legal por casi toda su vida, en un completo limbo jurídico. A nivel personal, el niño tenía buenas calificaciones en la escuela, había participado en un sin número de actividades extracurriculares y también como voluntario en un partido político en Toronto. Nuestra sorpresa fue enorme cuando después de enviar la aplicación, el caso fue aprobado en un tiempo récord, para quienes conocen las aplicaciones humanitarias, una aprobación de esta naturaleza es algo sumamente inusual y muy difícil.

La semana pasada recordé mucho este caso, debido a la decisión de la administración de Donald Trump en los Estados Unidos de América, de cancelar con efectos inmediatos el programa para “Dreamers” creado en la época de Barack Obama, el cual protegía de la deportación a niños que se encontraban viviendo de manera ilegal y les otorgaba permisos de trabajo. La clausura del programa afecta inevitablemente a cerca de 800,000 personas o “Dreamers”, quienes en este momento no saben cuál será su futuro o si podrán permanecer en los Estados Unidos de América, el único país que conocen y en el cual han contribuido de manera efectiva. Entonces, recordé con mucha nostalgia, el caso del niño jamaiquino y la tradición humanitaria que existe en Canadá, para entender que los niños no son culpables por las decisiones de sus padres y que además tienen sueños y aspiraciones que no pueden truncarse debido a su estatus legal en el país donde residen.

Canadá no es un país perfecto y en los últimos años hemos observado un incremento de las deportaciones, especialmente de familias con niños, así como situaciones muy complejas en donde los niños son los principales afectados. Desde mi perspectiva, Canadá debería desarrollar e implementar un programa similar al de los “Dreamers” en los Estados Unidos de América. Nuestros líderes y gobernantes no pueden esconder o ignorar la situación de estos niños que se encuentran sin documentación y cuyos casos son más comunes de lo que todos pensamos. De regreso a la administración de Donald Trump, la medida tiene como objetivo presionar al congreso para establecer una ley que beneficie a estas personas. El mensaje de esta medida es totalmente negativo, en todo caso, los gobiernos no pueden esconder este tipo de realidades sociales y deben actuar de manera más humana. Si bien Canadá, tiene las aplicaciones humanitarias y Estamos Unidos no posee una aplicación similar, estoy convencido que este problema social debe ser regulado de manera específica, especialmente porque los niños no deben pagar por los pecados de sus padres, ya sea en Canadá, Estados Unidos o cualquier parte del mundo.

Por Rene C. Berrospi: Socio principal de A&R Global Consulting Firm, firma especializada en asesoría legal de inmigración a Canadá. Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Peru con más de 12 años de experiencia en leyes de inmigración en Latinoamérica, USA y Canadá, además cuenta con estudios avanzados en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en American University. Profesor del Programa de Consultores de Inmigracion de Herzing College en Toronto. Director-Fundador de Centre for Professional Integration (CfPI) y Professional Immigrants Networks en York University (PINs@YorkU), ambas organizaciones sin fines de lucro, que ayudan a inmigrantes en Canadá. Desde el año 2013 escribe una columna de opinión para “La Portada Canadá” y en el 2016 fue columnista para “Magazine Latino”, ambos medios de comunicación escrita para la comunidad latina en Toronto, Canadá. 

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