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La profunda crisis económica de Venezuela es más propia de un país en guerra

17 de Enero de 2017 a las 19:33

La profunda crisis económica de Venezuela es más propia de un país en guerra Especialistas creen que el 2017 será igual o peor en Venezuela que el 2016

Aunque aún no se registrarse un conflicto armado interno o una confrontación con otro país, para los expertos en economía, el aumento de la delincuencia, la criminalidad, pero especialmente la fuerte la caída de la economía Venezuela en los últimos años, que sumió a este país en una profunda crisis por la falta de alimentos, medicinas, a lo que se le suma la desastrosa inflación que ya supera el 1,350%, son síntomas del deterioro normal de un país en guerra, que deja mucho más pobres a los más pobres.

CARACAS.- De acuerdo a una nota fue publicada originalmente en El Estímulo de Venezuela y que está rotando por todo el mundo, como un análisis serio y profundo de lo que ha pasado en este país suramericano sumido en una profunda crisis política, social, Venezuela vive los efectos de una economía de guerra sin haber pasado por un conflicto armado.

Para el economista y profesor universitario Luis Oliveros, la caída del PIB puede estar entre -15% y -20%, “algo escandaloso con niveles de escasez como nunca y una caída de las reservas internacionales de más de 30% en el 2016, lo que es el caldo de cultivo para un 2017 igual o peor que el año anterior”.

Para los expertos consultados la crisis económica fue la desató todos los problemas que vive el país, como el hambre, subalimentación, “el incremento de enfermedades contagiosas que han devuelto la mortalidad infantil a niveles que Venezuela no veía desde los años 50″. La calidad de vida de los venezolanos se ha deteriorado mucho más, producto del excesivo intervencionismo y controles del Estado sobre la economía.

Según el informe “la otrora promesa petrolera, cuya principal empresa llegó a situarse en el cuarto lugar a nivel mundial, yace en el subsuelo acompañando a sus inmensas reservas de oro negro, las mayores de todo el planeta, que nada pueden hacer ante la incapacidad del gobierno de manejar esta industria con eficiencia…

El 15 de enero del 2016, el presidente Nicolás Maduro, ante la Asamblea Nacional, luego de presentar su Memoria y Cuenta del 2015, dio a conocer el Decreto de Emergencia Económica, con el que se abrogaba poderes especiales para combatir lo que insiste en llamar una “guerra económica” causante de la crisis y de la que responsabiliza a factores de oposición con apoyo internacional.

El informe destaca que Maduro sigue imponiendo su ley decretando emergencias económicas que le dan todo el poder, “Venezuela exhibe los peores resultados de la región y del mundo en un escenario sin guerra. Y el Presidente anunció que enviará un nuevo decreto de emergencia económica al TSJ para seguir gobernando sin control de ningún otro poder nacional. El Decreto de Emergencia Económica fue más que todo un mecanismo político para poder neutralizar a la AN y que el Ejecutivo pudiera seguir operando con total autonomía sin tener que rendir cuenta a otro poder autónomo, en este caso el Poder Legislativo, como lo manda la Constitución”, se señala en el informe.

“El gobierno mantuvo una política de ejecución del gasto bastante discrecional, incrementó el gasto muy por encima de los límites establecidos en la ley de presupuesto 2016, amparado en este Decreto de Emergencia Económica profundizando los desequilibrios en cuentas fiscales del sector público y con incidencia en el déficit fiscal y financiamiento monetario que los venezolanos han padecido con inflación”, sostiene.

Maduro ya gobernaba por decreto y en el 2016 lo hizo por la vía de la emergencia económica que ha prorrogado en seis ocasiones en contra de lo establecido en la Carta Magna, que permite la extensión de la medida por una sola vez y por el período de 60 días. Transcurrido un año, se puede constatar que el decreto solo sirvió para profundizar la crisis económica y acelerar la hiperinflación que según los expertos consultados para el informe la estiman en una cifra cercana al 1,350% para el 2016, por lo que los bolívares han perdido plenamente su valor nominal y con ellos ya no se compra nada, a pesar de los cuatro aumentos salariales del salario mínimo que el gobierno decretó en el 2016 y que en dólares constituye uno de los más bajos en el mundo.

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