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10 de Septiembre de 2015 a las 14:12

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Por: José Ridoutt Polar

TIFF 2015: Comienza el Festival de Cine de Toronto, aquí dos películas latinoamericanas que no se pueden dejar de ver.

 

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EL ABRAZO DE LA SERPIENTE
Ciro Guerra ( Colombia)
La nueva película del colombiano Ciro Guerra es la épica historia del primer contacto, el encuentro, el acercamiento, la traición y, finalmente, una amistad que va más allá de la vida entre un chamán amazónico y dos exploradores occidentales. La historia que nos narra Guerra tiene un aire a leyenda, a historia que cruza el tiempo y que tiene algo de mítica y de épica. El abrazo de la serpiente se configuró a partir de los diarios de viaje al Amazonas que llevaron a cabo ­con 40 años de diferencia­ los exploradores Theodor Koch-Grunberg, etnólogo alemán que contribuyó al reconocimiento de las tribus de la región, y el estadounidense Richard Evan Schultes, un botánico que documentó las propiedades alucinógenas de algunas plantas. Evan Schultes se encontró con Karamakate, un chamán que puede considerarse la última prueba de supervivencia de un pueblo destruido por la intervención del hombre blanco. Karamakate se convierte en un "Echullachaqui": un ser vacío, privado de emociones o recuerdos, hasta que conoce a uno de los exploradores y su vida y el dolor por el que pasó cobran sentido. El actor belga Jan Bijvoet comió pescado crudo, ayudó a mover los equipos entre la jungla y tuvo que esperar a que sacaran unas tarántulas de una locación durante el rodaje de la película en el Amazonas. Aunque él viene de trabajar en el teatro y lidiar con giras y trabajo pesado, reconoce que esta es una de las experiencias más duras y enriquecedoras de su paso por el cine. "Fue impresionante estar en la selva y tener que lidiar con muchos retos. Lo que me llamó la atención de esta historia es que explora cómo personas de diferentes orígenes tratan de entenderse entre sí". 

 

"Me preocupaba interpretar a un personaje que no representara las miserias que ha sufrido esa gente con la búsqueda del oro y todos los abusos que han sufrido. Yo represento a una especie de hombre blanco que llega; claro, el personaje está basado en el explorador alemán Koch-Grunberg, y es muy interesante y un personaje simpático, que dedicó su vida a la gente del Amazonas y también murió en la jungla", explica Bijvoet, quien trabaja por primera vez en Latinoamérica. Anhelando realizar un film que no justificara a los colonizadores sino que dignificara a los nativos de la zona, Ciro Guerra y su equipo de colaboradores han alcanzado lo que parecía imposible: hacer una película que descubriera el alma profunda de una inmensa zona geográfica de Colombia, una región que, para muchos, pareciera ser otro planeta. Filmada en blanco y negro, con la estrecha colaboración de cubeos, wananos, huitotos, ocainas, tikunas y distintas comunidades del Vaupés, El abrazo de la serpiente es la gran película colombiana del 2015.

 

ElClan

EL CLAN
Pablo Trapero (Argentina)
Arquímedes Puccio fue conocido por liderar una banda que se encargaba de secuestrar y asesinar personas, aprovechando los contactos con el gobierno militar para operar con impunidad. Pero Arquímedes no actuaba solo, su familia, formada por su mujer y cinco hijos, también estaba involucrada en los secuestros,  aunque con diferentes grados de responsabilidad. En El Clan, Pablo Trapero (Mundo grua, El bonaerence, Leonera) se enfoca en los últimos años de los Puccio antes de ser descubiertos, haciendo más hincapié en la relación familiar que en los hechos delictivos. La trama se centra en el jefe del clan y su hijo mayor, interpretados respectivamente por un impecable Guillermo Francella y por Peter Lanzani, que se pone al hombro la película. Uno de los aciertos del filme está en que no es necesario conocer el caso para entenderlo y disfrutarlo. Trapero pone en contexto al espectador con los datos históricos justos y necesarios, apelando a noticieros y diarios de esos años, además de contar con una muy buena recreación de la época. Lo mismo ocurre con la música, que termina de anclar al espectador en los '80. El Clan reproduce un permanente contraste entre la vida en apariencia normal de la familia, con sus conversaciones triviales en la cena, la tarea de los chicos, los logros deportivos del hijo mayor o las aspiraciones de ascenso social, y la crueldad con que se desarrollan los secuestros y asesinatos a unos cuartos de distancia.


El miedo que provoca la crueldad del personaje y la fascinación por ver cómo es posible llevar adelante una vida familiar en apariencia normal es lo que caracteriza al Puccio de Trapero, encarnado por el actor argentino Guillermo Francella. Reconocido en el ámbito de la comedia, Francella se asoma por primera vez a un personaje oscuro, un papel que Trapero le reservó desde los comienzos del guión. El director también puntualiza que la vida criminal de Arquímedes "arrancó mucho antes" de 1982, punto de inicio de la película y un año clave para la historia argentina por ser el principio del fin de la última dictadura militar (1976-1983). "Cuando empieza la democracia, él seguía haciendo parte de lo que había aprendido en estos trabajos, pero de manera privada", relata. "Pero los secuestros que realizaba solo tenían por objetivo su beneficio personal. Ya no trabajaba para otras personas, sino que trabajaba para sí mismo, poniendo en práctica lo que había aprendido en estas organizaciones previamente", agrega. Casos como el de la familia Puccio tuvieron que ver, para Trapero, con las personas que, vinculadas antes a la dictadura, quedaron "un poco afuera del sistema con la llegada de la democracia". El caso "tiene mucho que ver con la época", sostiene Trapero, para quien la representación que hace "El clan" de la transición entre dictadura y democracia no es solo una puerta de entrada en la película, sino en una etapa "quizás no tan conocida" de la historia de su país.

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