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Lo que quiere Canadá en el nuevo tratado con EE.UU., y México

15 de Agosto de 2017 a las 08:08

Lo que quiere Canadá en el nuevo tratado con EE.UU., y México
Renegociación del Tratado de Libre Comercio se inicia este miércoles 

Canadá, Estados Unidos y México iniciarán este miércoles en Washington la revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, o NAFTA en sus siglas en inglés, que significará y permitirá un cambio en las normas que rige el intercambio comercial entre las tres naciones, luego que el tratado fuera fuertemente criticado por el presidente Trump que lo quería terminar.  La renegociación del tratado será muy difícil para todas las partes, pero Canadá ya tiene lista su posición y lo que quiere lograr, porque EE.UU. le quiere imponer nuevas reglas de juego a los dos países. 

OTTAWA.- El gobierno de Canadá mostró ya las cartas que llevará a la mesa de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), donde se juega una gran parte de su futuro económico, porque las exportaciones a EE UU suponen casi la mitad de su actividad económica y triplican en valor a sus intercambios comerciales con el resto del mundo. Es tan importante la negociación, que algo más de la cuarta parte de los puestos de trabajo en Canadá depende directamente del comercio con su vecino. Canadá ha crecido un 40% desde la entrada en vigor del TLC, frente al 39% de EE UU y el 24% de México.

Canadá buscará impulsar fuertes estándares laborales, reforzar regulaciones ambientales, mantener el mecanismo de resolución de controversias e introducir nuevos capítulos relativos a igualdad de género y derechos indígenas.

El gobierno canadiense busca introducir en el acuerdo trilateral los temas de protección al medio ambiente y la protección a los trabajadores, así lo anunció Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores y quien será la cabeza del comité negociador canadiense en Washington.  “Canadá mantendrá y preservará los elementos del TLCAN que los canadienses consideramos claves para nuestro interés nacional, incluido un proceso para asegurar que los aranceles antidumping y compensatorios se aplican solo de manera justa y con todas las garantías”, mencionó Freeland.

En una ponencia en la Universidad de Ottawa, la funcionaria demandó que los socios del acuerdo comercial apoyen plenamente los esfuerzos para detener el cambio climático y ello debe ser por la vía de reforzar regulaciones ambientales.  

Canadá se levantará de la mesa en la que se renegociará el Tratado si EE.UU., insiste en retirar el capítulo 19 del texto, sobre la resolución de conflictos que históricamente ha perjudicado a los intereses de la primera potencia mundial. Según esta norma, un panel binacional adopta decisiones vinculantes en conflictos relacionados con subsidios ilegales y dumping. Uno de los principales objetivos de Washington será borrar este aspecto del nuevo tratado, pero las autoridades canadienses y mexicanas han cerrado filas en pos de que se mantenga tal cual: el país latinoamericano también lo ha incluido como una de las líneas rojas en la negociación.

Pese a la amenaza frontal contra lo que quiere EE.UU.,  la ministra canadiense aseguró que ve optimismo “el resultado final" de las negociaciones en Washington. Y ha afirmado que su país protegerá el actual sistema de tarifas y cuotas que mantienen en un nivel elevado los precios de los productos lácteos en el mercado local y las importaciones, bajas. En ese punto también se espera un choque entre los intereses canadienses y estadounidenses, ya que la Casa Blanca pretende su desmantelamiento.

Freeland, destacó la necesidad de introducir una mayor progresividad en el TLC. Un punto en el que se inspirarán en el CETA, el pacto comercial recientemente acordado con la Unión Europea y que está a expensas del vistos bueno de los Parlamentos de los Estados miembros para su entrada en vigor. "Nos basaremos en las ideas del CETA, el acuerdo comercial más progresivo de la historia", ha incidido.

Las autoridades canadienses apostarán, en concreto, por incorporar "fuertes salvaguardas laborales en el corazón del acuerdo" —un punto en el que habrá divergencias con las autoridades mexicanas, que ni siquiera quieren abrir el capítulo.

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