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Tormenta Stella que causó caos en New York, está ingresando lentamente a Canadá

15 de Marzo de 2017 a las 11:10

Una fuerte tormenta de nieve, que fue denominada Stella, obligó a los  gobernadores de los estados de Nueva York, Andrew Cuomo; de Nueva Jersey, Chris Christie, y de Connecticut, Dannel Malloy, a declarar el estado de emergencia, porque los organismos no dieron abasto para el caos que se registró por la acumulación de nieve y los fuertes vientos  que impedían la visibilidad. Durante varias horas los pobladores de Nueva York y sus alrededores se enfrentaron a la tormenta que está recorriendo el noreste de este EE.UU., y ahora se dirige lentamente a Canadá, con fuertes vientos y caída de nieve de más de 60 centímetros, lo que ha afectado casi todas las poblaciones de la zona fronteriza.

TORONTO.- Los residentes de Ontario en Canadá ya empezaron a sentir los coletazos de la fuerte tormenta que azoto el martes a New York,  donde dejó más de 60 centímetros de nieve., y género caos en el trasporte aéreo en las carreteras, al punto que el alcalde de la ciudad tuvo que salir a declarar una emergencia invernal y a alertar a sus pobladores. En la tarde del martes, el Alcalde de New York, informó que el paso de la tormenta causo algunos daños menores, y que la ciudad estaba recuperándose rápidamente.

La tormenta generó que unos  1,577 vuelos fueron cancelados en todo Estados Unidos, y otros 200 en Canadá, que tenían como destino principal el aeropuerto de New York, y de Toronto, en Canadá, que se han visto afectados por los fuertes vientos.

Desde tempranas horas del martes el Servicio Nacional de Meteorología emitió avisos por ventisca para zonas de Pennsylvania, Nueva Jersey, Nueva York, Connecticut, Rhode Island, Massachusetts, Nueva Hampshire, Maine y Vermont, pero no se esperaba que la tormenta fuera tan fuerte, y que su paso fuera tan lento.

El fenómeno climático que se registró en New York, y que se puede repetir en ciudades canadienses porque la tormenta no ha disminuido su potencia, pese a que avanza lentamente, se inició con una caída leve de nieve, que no superaba los 10 centímetros por hora, pero que se fue acumulando en vías, calles, parques, hasta alcanzar más de 60 centímetros, cuando se iniciaron los problemas, por la poca visibilidad que tenían conductores y peatones.

Luego de varias horas de tormenta, los organismos no pudieron confrontar la acumulación de nieve, pese a los turnos de 12 de los trabajadores que estaban regando sal con 689 esparcidoras sobre las vías y 1,600 quitanieves, con las que se intentaba evitar el caos vehicular que se estaba registrando en gran parte de New York y sus alrededores, especialmente en Staten Island, Brooklyn, Queens y Bronx.

De los pocos servicios que no tuvieron dificultades, fue el trasporte que ofrece el metro de Nueva York, que logró mover en medio de la tormenta cerca de seis millones de personas, porque funcionó sin mayores contratiempo, facilitando el despeluzamiento a miles de viajeros que no pudieron mover sus vehículos ante el paso de la tormenta, que obligo a muchos establecimientos públicos y privados a cerrar sus puertas durante casi todo el martes, incluidos escuelas, museos y bibliotecas hasta la sede de Naciones Unidas. 

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