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Las dos caras del plan Obama que ayudó a millones de inmigrantes

26 de Noviembre de 2014 a las 11:56

EDITORIAL.- Obama “revivió” a 5 millones de indocumentados que están felices, pero “enterró” a 6 millones de personas que lloran, porque la medida histórica beneficiará niños, jóvenes y padres de familia, que estén en Estados Unidos desde antes del primero de enero de 2010, pero no a muchas familias que ingresaron después de esta fecha y otros inmigrantes que por no tener hijos ciudadanos de este país, o residentes, quedaron al mismo nivel de los que tienen antecedentes penales, porque serán perseguidos y deportados de igual forma. La orden del ejecutivo a los oficiales es actuar rápidamente contra ellos.

 

TORONTO.-Si bien es un considerado como un triunfo de los inmigrantes que generó una gran alegría de casi 5 millones de indocumentados en Estados Unidos, este hecho histórico se vio empañado por la tristeza y la tragedia que seguirán viviendo casi 6 millones de extranjeros en este país, que no califican por ningún lugar para el plan puesto en marcha por el  presidente Barack Obama y que los deja a puertas de una captura y deportación inmediata, máxime cuando la orden es capturar y sacar a los que no reúnen los requisitos.

 

Aunque realmente no es una solución permanente porque el programa por ahora y durante tres años sólo evitará la expulsión de los indocumentados sin antecedentes penales, con hijos que son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes y que demuestren que llevan en el país desde antes del 1 de enero de 2010, lo mismo que los jóvenes que llegaron al país cuando eran menores de 16 años, los beneficios si son muy grandes, pero especialmente porque no podrán ser deportados y obtendrán el permiso de trabajo, y les abrirá el camino para llegar la residencia y a la ciudadanía.

Este es un gran paso para muchas familias que podrán vivir sin problemas en este país, y sin el temor de caer en una redada en cualquier momento y salir deportados sin ninguna justificación, pero además porque el Presidente insiste en que la Ley se va dar.   

Aquí el dolor y especialmente el miedo es que muchos quedaron en la cuerda floja y en gran peligro, porque la orden a las autoridades de migración es que de ahora en adelante y mientras se promulga una Ley se debe poner énfasis en la deportación de los indocumentados especialmente los que tienen algún antecedente penal, pero también los que llegaron en los últimos años y se quedaron viviendo ilegalmente. Todos ellos podrían ser expulsados hasta con sus hijos, si estos no son ciudadanos estadunidenses.

El presidente ya señalo el camino, que deporten "a los delincuentes, no a las familias", pero en esa cacería seguro van a caer muchas personas que no han cometido ningún delito pero que están por fuera de los requisitos exigidos y que esperaban una verdadera Ley de migración que les pudiera dar solución a su estatus legal, como los jóvenes que están en muchas universidades y que llegaron al país siendo menores de edad, pero después del 2010 que se estableció como fecha límite.  A ellos se les suman sus padres y todos los que ingresaron posterior a la fecha determinada.

A este grupo se hay que agregarle millones de personas que ingresaron antes del 2010, solteros que quedaron en una especie de limbo, porque pese a que no han cometido delitos y han trabajado fuertemente, no tienen hijos con residencia legal o ciudadanía estadounidense, que los ayude a solucionar su estatus, porque la prioridad son familias.

El Presidente de Obama dijo "nuestro sistema migratorio está roto y todo el mundo lo sabe", al presentar su plan que ayudará a 5 millones de personas, y especialmente a muchas familias, pero realmente el hueco es tan grande que sin una Ley muchos serán los afectados.

Mientras tanto en Canadá, ni plan, ni Ley ni siquiera un proyecto que beneficie a los miles de inmigrantes sin estatus legal que hay en este país.

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