Baltimore sumergida en el caos y la violencia por enfrentamiento racial.

Líderes de las comunidades negras, políticos y activistas de derechos humanos, se han sumado a un nuevo clamor contra los prejuicios y los abusos de la policía contra la población negra de Estados Unidos, luego de una jornada de protestas que había comenzado de forma pacífica, pero que terminó en fuertes disturbios por parte de un grupo de violentos manifestantes, en su mayoría jóvenes, que causaron pillaje y destrucción en algunas partes de la ciudad y llevaron a las autoridades a ordenar el toque de queda a partir del martes.

Según los últimos reportes, al menos 15 agentes resultaron heridos en los incidentes que se empezaron a registrar tras el sepelio de Gray y que causaron la detención de casi tres decenas de personas, en su mayoría jóvenes. El gobernador del Estado de Maryland, Larry Hogan, declaró el estado de emergencia a petición de Baltimore y anunció la activación de la Guardia Nacional para responder a la "creciente violencia y disturbios" en esta ciudad.

Los mayores disturbios se generaron la medianoche del lunes, lo que obligó a las autoridades a desplegar cerca de 5.000 policías por toda la ciudad, para proteger algunas edificaciones y para evitar los incendios que se estaban apoderando de algunas zonas y que fueron producidos por manos criminales.

El pánico entre los pobladores de Baltimore por lo que puede pasar, ha generado que muchos de los residentes no salgan de sus casas, mientras la ciudad intenta volver a la normalidad, pese a que en algunos sitios aún se presentan protestas y disturbios.

Por ahora la presencia policial es fuerte en las zonas comerciales, y se patrullan las calles con vehículos blindados y helicópteros que vigilaban desde el aire que no se presenten aglomeraciones de manifestantes.

Los organismos de socorro, de seguridad y especialmente los bomberos están en alerta sobre lo que puede pasar en estos días en la ciudad, especialmente luego de conocer que hay un grupo que anunció amenazas contra varios puntos de la ciudad y que atacarán a los policías, sin que necesariamente exista una provocación o un enfrentamiento.

Varios agentes ya han sido atacados, algunos han sufrido fractura de huesos tras haber recibido el impacto de las botellas, piedras y hasta ladrillos lanzados por los manifestantes, mientras la Policía intenta detener a los generadores de los disturbios,  con gas lacrimógeno y balas de gas pimienta para reducir al grupo "violento y agresivo", dijo el director de la Policía de la ciudad, que informó que hay toque de queda esta semana, entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana y las escuelas permanecerán cerradas.