Empresas canadienses se vuelven adictas a los inmigrantes “esclavos”, a los que les pagan miserias

Trabajan sin descanso, en las condiciones que les impongan, se le miden a todo sin contemplaciones, aun poniendo en riesgo sus propias vidas, algunos por desconocimiento y otros que su necesidad urgente de mandar dinero a sus países, no exigen, no discuten y mucho menos protestan, o  piden aumento de salarios, porque saben que miles de trabajadores como ellos estan esperando una mínima falla, para arrebatarles su lugar, son los nuevos “esclavos”, de los empresarios canadienses, que muchas veces se nutren ilegalmente de extranjeros en su mayoría inmigrantes sin un estatus legal, a los que les pagan salarios incluso menos del mínimo, por además no les generan pagos al gobierno, y en caso de accidente tampoco pagarán indemnizaciones, porque cuentan con pequeñas empresas de esclavistas, la mayoría falsas, que contratan por debajo de la mesa a miles de recién llegados, y les pagan lo que quieren. Esta situación esta genera que miles de empleos, antes muy bien remunerados en Canadá, ahora solo se paguen con salarios de miseria. Ya los empresarios se acostumbraron a pagar incluso mucho menos que el mínimo, y esa tendencia se va mantener mientras se mantenga la oferta de esa mano de obra barata, por las calles de las grandes de ciudades como Toronto.  

EDITORIAL. -  Aunque el Gobierno Federal ha dicho que lo que está pasando en Canadá es que las empresas se acostumbraron a la mano de obra barata, la verdad es que el mismo gobierno es el directamente responsable de lo que está pasando, al permitir la llegada masiva de miles de inmigrantes que se quedan como ilegales, y que deben sobrevivir de alguna manera. Estos extranjeros terminan convirtiéndose en los esclavos modernos de muchas pequeñas empresas fantasmas, de las que se nutren los grandes empresarios, mientras los organismos de control miran para otro lado. Nadie le hace frente a esta explotación, pese a que, si usted visita cualquier obra en este país, fácilmente podrá encontrar a estas víctimas del sistema, que afecta directamente a todos los trabajadores legalmente constituidos a los que ya nadie les quiere pagar sus antiguos salarios, y por supuesto a los mismos inmigrantes mal llamados ilegales, porque son explotados.

Legalizar a esta gente seria parte de la solución del problema, porque el cuento de que hay escasez de trabajadores en Canadá es una gran mentira. No tiene explicación, cuando los salarios van para abajo, por la sobreoferta. Si fuera cierto la excusa que hay escasez de obreros, tan solo por el mercado de la oferta y la demanda, los salarios deberían subir, antes que bajar.  Pareciera que a ninguna entidad del gobierno le interesará controlar los que estan haciendo las empresas con estas personas, porque si lo quisieran realmente hacer, muchas empresas serian sancionadas.

La llegada masiva de millones de inmigrantes a Canadá en los últimos años, especialmente mexicanos, centroamericanos, indianos y chinos, algunos como trabajadores temporales que se vuelven permanentes, otros como turistas que se quedan como ilegales, otros como estudiantes, que realmente solo van a las escuelas o universidades unos días, y los inmigrantes legalmente llegan atraídos por el llamado “sueño americano”, son carne de cañón para esta explotación, de la que se beneficien los grandes empresarios, y es algo que va en contra de los trabajadores canadienses.

A los que lideran esta clase de explotación les conviene que lleguen más inmigrantes, que el gobierno deje pasar a todo el mundo, para se queden como ilegales, que nunca les den papeles o los  respectivos permisos laborales, y mucho menos un estatus legal, mediante el cual puedan exigir a los contratistas los salarios adecuados o dispuestos por la ley, porque estos esclavos trabajaran horas extras, no van a protestar por nada, y quedaran felices porque nadie les descontara un dólar de su misero salario, aunque tengan que vivir y trabajar en condiciones infrahumanas. La mayoría solo busca reunir un pequeño capital, antes de ser deportado, o decida regresarse a su país. Las condiciones laborales no les importa mucho, y mucho menos los pagos que deberían hacer al estado.