Canadá le niega la residencia a una niña por ser sorda.

Por: CIRO ALQUICHIRE V.

Para la madre, una filipina de 38 años de edad, que ha dicado sus últimos años a trabajar en Canadá, donde labora en 4 lugares diferentes, con horarios que superan las 80 horas a la semana, cuidando niños, ancianos y un parapléjico, la decisión que tomó Migración es totalmente discriminatoria.
 

TORONTO.- En medio de las más fuertes críticas esta por estos días Ciudadanía e Inmigración de Canadá, luego de que le informó a la madre de un niña filipina que su hija era "médicamente inadmisible" para obtener una residencia permanente, porque era sorda, algo que muchos no entienden que pase en un país considerado gran defensor de los derechos humanos y especialmente de los derechos de los niños.
 

Luego de trabajar por más de 7 años y esperar por más de 5 por una residencia permanente, a la que calificó porque cumplió con todos los requisitos que le exigieron, una emigrante filipina de 38 años de edad, enfermera registrada, que llegó a Canadá en 2007 bajo el programa de trabajadores extranjeros, se enfrenta a un doloroso drama, ella es aceptada como residente permanente, pero a su hija que está en Filipinas, le negaron el derecho de emigrar que debía adquirir de manera directa. Migración Canadá considera que es muy costoso su tratamiento médico y su mantenimiento, porque es una niña sorda de nacimiento.
 

La historia de Jazmine Talosig, ahora una adolescente de 14 años, que esperaba reencontrase con su madre Karen Talosig, quien lleva varios años trabajando legalmente en Canadá cuidando personas, le está dando la vuelta al mundo, porque muchos no pueden creer que algo así pueda pasar en este país.
 

De acuerdo a lo que se ha podido establecer hasta el momento, funcionarios de inmigración especularon que la sordera de Jazmine podría costarle al país unos $ 91.500 canadienses, por todos los servicios relacionados con su sordera en los próximos cinco años, pero su madre niega que esto pueda pasar, afirmando que su hija es una persona totalmente independiente, completamente normal, que no requiere algún servicio especial.
 

En dialogo con los medios de comunicación la madre dijo "Jazmine ama fotografía. A ella le encanta bailar. A ella le gusta cocinar con mi mamá. Le gusta Selena como un montón de adolescentes a pesar de que no puede escuchar su música… Ella es muy independiente, muy funcional. La única diferencia es que ella es sorda. Nació tan profundamente sorda que no se necesita ni un audífono.
 

Según la historia, luego de cumplir con los requisitos exigidos y soñando con reunir su familia, la madre filipina aplicó para obtener su residencia permanente, para lo cual Migración le informo que la niña debía someterse a unos exámenes médicos en Filipinas, un paso normal dentro del proceso, pero mediante el cual las autoridades canadienses se enteraron que era sorda. En junio pasado, a la madre se le exigió presentará una documentación adicional sobre condiciones y necesidades de hija sorda, y pocas semanas después, la embajada Canadiense le comunicó que la pequeña era una persona cuyo estado de salud podría “causar excesiva demanda en servicios sociales en Canadá”.
 

La situación que ya ha generado fuertes críticas de las organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, también generó una gran solidaridad de los sordos en Canadá, especialmente de las escuelas para niños con problemas auditivos que informaron que no se requieren fondos especiales para su educación de la pequeña niña filipina y que el denominado "exceso de demanda" de servicios sociales debe basarse en las circunstancias reales de cada individuo y no en estereotipos generales. Otros que también apoyan a la madre de familia inmigrante son las personas que se benefician con sus servicios, mientras sobre el Tema Migración Canadá por ahora ha guardado silencio.