En Canadá hay 770 mil extranjeros sin residencia permanente.

Por CIRO ALQUICHIRE V.

En los últimos años se duplicó el número de personas sin estatus legal definido, que aunque pueden trabajar, estudiar y contratar, en cualquier momento pueden ser expulsados del país, o deben salir cuando se cumple los términos establecidos en los contratos, o por migración, algo que para la mayoría es totalmente injusto.
 

OTTAWA.- Trabajadores temporales, contratistas, estudiantes y solicitantes de refugio, hacen parte de la larga lista de los 770 mil extranjeros en Canadá, que si bien están legalmente en el país, no tienen un estatus migratorio definido, y mientras buscan obtenerlo, en cualquier momento pueden ser obligados a salir del país.
 

Aunque en los últimos años se ha presentado un gran aumento de extranjeros sin residencia en el país, porque el Gobierno abrió las puertas para que las empresas contrataran personal de otros países, pagándoles mucho menos que a los trabajadores canadienses, las cifras seguramente van a disminuir el próximo año cuando entre en vigencia las nuevas normas para contratar trabajadores temporales extranjeros, impuestas por el Ministerio del Trabajo, que determinó restricciones y reglas más estrictas a las empresas y los empleadores, entre otras que no podrán contratar extranjeros con salarios más bajos a los locales, ni podrán traer trabajadores temporales a las regiones donde la tasa de desempleo está por encima de seis por ciento, además de limitar al 10 por ciento el número de empleados extranjeros que puede contratar una empresa.
 

Según un estudio realizado por CIBC, en los últimos años se ha registrado un alto incremento de personas en tránsito, sin residencias permanentes, casi 450 mil más de las que había hace 10 años y que representan una fuerza demográfica muy importante y de gran impacto en la actividad económica, porque llegan a rentar viviendas y aumentan considerablemente el consumo, en provincias como Ontario y Columbia Británica, donde la mayoría se han concentrado.
 

De acuerdo al estudio casi la mitad de estas personas son trabajadores temporales extranjeros, alrededor del 38 por ciento son estudiantes y los restantes son solicitantes de refugio, cuyo número ha disminuido en los últimos años y llega al 12,2 por ciento.
 

Muchas de estas personas, alrededor de 384.200 trabajadores temporales, han llegado de países en vía desarrollo, donde sus ingresos o salarios son muy bajos, si se compara con lo que reciben en Canadá, por eso llegan con la gran expectativa de que con el tiempo puedan lograr un estatus para permanecer en el país por mucho más tiempo, pero esto no siempre se logra.
 

Gran parte de esta población flotante, el 95 por ciento, son menores de 45 años, lo que representa una población muy importante laboralmente para el país, y el consumo, porque son trabajadores jóvenes, que rentan, gastan y mueven la económica de las poblaciones donde viven, especialmente en Toronto, y toda la región de Ontario, donde el número de residentes no permanentes se triplicó entre 2006 y 2013, y dieron un gran impulso al mercado de bienes raíces, porque la mayoría paga renta, lo que le sirve a los canadienses que tienen este negocio, e inclusive algunos están comprando vivienda.
 

Para los organismos defensores de los inmigrantes, los trabajadores temporales y los estudiantes, el Gobierno debería tener en cuenta el impacto económico que están produciendo las nuevas normas de migración, que ya no solo afectarán a estas personas sin residencia permanente, a los que quieran venir a trabajar en Canadá, sino también a los mismos canadienses que viven de lo que ellos producen, como los que rentan, los supermercados, las tiendas, las agencias de envíos de dinero, y general muchas pequeñas o grandes empresas que reciben parte de lo que ellos producen.
 

Cabe resaltar que estas personas hay que sumarles los males llamados ilegales, personas que a diferencia de ellos, están sin un estatus en el país, que algún día dicidieron quedarse pese a que le dieron orden de deportación o de salida de Canadá, Esta población también aporta con su trabajo, al crecimiento económico del país.