¿Debe Canadá seguir manteniendo a la Reina Isabel II como cabeza de Gobierno?
11 de Marzo de 2021 a las 15:23
Se abre debate por las acusaciones de los duques de Sussex a la familia real británica en Canadá
Actualmente Canadá es una monarquía constitucional cuya jefatura de Estado recae sobre la reina Isabel II, aunque es mas de manera simbólica que real. La historia cuenta que el país nació en la Confederación canadiense que en 1867. A pesar de esta soberanía jurídica, la reina Isabel II continuó como cabeza del Estado. En 2020, Canadá destinó poco más de 67 millones de dólares canadienses para cubrir gastos relacionados con la corona; entre ellos, viajes, ceremonias oficiales, pensiones y servicios de seguridad, y muchos canadienses critican que el dinero pagado con sus impuestos se destine para esto, cuando hay otras necesidades en el país.
LONDRES. – Aunque la Reina Isabel II, sigue siendo más un símbolo para los canadienses, que un poder detrás del Gobierno, históricamente muchos canadienses creen que ya es hora que el país rompa ese vínculo con la familia real británica, sentimiento que resurge ahora luego de conocer la entrevista de Oprah Winfrey al príncipe Enrique y Meghan Markle.
Las denuncias de racismo, manipulación y crueldad que los duques de Sussex lanzaron contra la Casa Real, siguen teniendo eco en todo el mundo, y en Canadá han sacado a los críticos, que creen que ya es justo y necesario, que el país pase esa página de la historia, y deje por fuera del Gobierno a la realeza británica.
Según el análisis de El diario el País, los comentarios en redes sociales clamaban por cortar puentes con una institución cuyos valores no tienen cabida en Canadá; otros exigieron que las arcas públicas no destinen un centavo más a los distintos gastos de representación de la corona británica.
Los principales medios del país dedicaron espacios al asunto. “La entrevista muestra cómo la familia real está atrapada en el pasado”, escribió Elizabeth Renzetti en The Globe and Mail. Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático, declaró este martes: “Creo que está claro y lo he dicho otras veces: no veo beneficios de la monarquía en la vida de los canadienses”. Yves-François Blanchet, dirigente del Bloque Quebequés subrayó especialmente el poco interés que genera la corona en la provincia de habla francesa.
La Confederación canadiense nació en 1867. Sin embargo, en 1982 Canadá —bajo el Gobierno de Pierre Elliott Trudeau— modificó su orden constitucional. A pesar de esta soberanía jurídica, la reina Isabel II continuó como cabeza del Estado. Su representante en el país es el gobernador general, nominación a cargo del primer ministro canadiense, pero la reina debe dar su visto bueno. Asimismo, existe un representante de la monarca (un vicegobernador) en cada una de las provincias.
Las simpatías por la monarquía vuelan cada vez más bajo en Canadá. De acuerdo con una encuesta de la firma Research Co., el 45% de los canadienses quiere tener a un jefe de Estado emanado de los comicios (13 puntos más que en un sondeo similar realizado el año pasado). El 24% señaló sentir apego por la corona (la cifra más baja en 12 años), mientras que hubo un 13% de indecisos.
La entrevista a los duques de Sussex dibuja una raya más en la pizarra del desencanto canadiense hacia la monarquía. En febrero de 2020, cuando el príncipe Enrique y Meghan Markle decidieron instalarse en Vancouver para huir de los paparazzis y las intrigas palaciegas, hubo pocas quejas. Pero un sondeo arrojó que el 73% de los consultados estaba en desacuerdo con que se destinaran fondos públicos para cubrir cualquiera de sus gastos.
El malestar, en cualquier caso, viene de tiempo atrás. Julie Payette, gobernadora general de Canadá (y por tanto representante de la reina Isabel II), tuvo que dejar su cargo en enero de este año tras ser acusada de maltrato a sus empleados. Las críticas arreciaron cuando se supo que Julie Payette recibirá una pensión vitalicia anual de 150.000 dólares canadienses (118.000 dólares).
Este martes, el primer ministro Justin Trudeau, preguntado por los periodistas, rechazó comentar la situación de la familia real británica.
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