En el Día Mundial de los Refugiados, un gran reconocimiento a Canadá

La dramática fotografía del cuerpo sin vida del niño de tres años, Aylan Kurdas, sobre la orilla del mar, en una playa turca quedó grabada en la mente de todo el mundo, como un símbolo del sufrimiento de las millones de personas que arriesgan sus vidas y las de sus hijos, para encontrar un lugar seguro en donde echar raíces. Esa foto que hoy es la insignia de la vergüenza que deben sentir los gobiernos y todas las personas que rechazan a una persona que pide asilo, o refugio, está sirviendo para crear conciencia en muchos países y en sus ciudadanos que persisten en oponerse al ingreso de vidas que realmente requieren protección. Canadá sigue dando ejemplo de todo lo contrario y abrió desde hace décadas sus puertas a todos los que requieren algún tipo de protección.
 

EDITORIAL.- Por donde se mire, por su pasado, su historia, su presente y su futuro, Canadá es un país de inmigrantes, y gran parte de ellos son personas refugiadas, que llegaron huyendo de la guerra, el hambre, la miseria o los delincuentes, por eso este 20 de junio cuando se conmemora en el mundo el Día Internacional del Refugiado, establecido por las Naciones Unidas, los canadienses tuvieron mucho reconocimiento mundial, y muchos extranjeros en este país, sus hijos y nuevas generaciones, mucho que recordar. Las puertas a los refugiados Canadá las ha mantenido abiertas durante décadas, y siempre hay una nación que requiere que sigan abiertas, ahora son los sirios, chinos, africanos, cubanos, de los países de la antigua Unión Soviética y colombianos, entre otros, pero antes fueron los europeos, los chinos, los alemanes, los chilenos, los salvadoreños, los argentinos y pare de contar, porque aquí hay personas de todo el mundo que han logrado encontrar un lugar seguro para rehacer sus vidas.
 

Canadá se convirtió en un país ejemplo para el mundo en la ayuda que presta a los refugiados y el auxilio que le está dando a los casi 50 mil ciudadanos sirios, a miles de familias que huyen de una muerte segura, al ser perseguidas por grupos terroristas musulmanes que tanto daño le están haciendo al mundo, y que han masacrado a muchas personas en su intento por imponer a la fuerza lo que ellos creen es su religión, que está muy distante de la realidad. En este día también hay que recordar a las miles de personas de países que no viven un conflicto interno, pero llegan a Canadá por barco, avión, o por tierra, huyendo de la miseria, el hambre, como es el caso de los africanos, o los mexicanos que huyen de las guerras desatadas por los violentos y el narcotráfico.
 

El pequeño niño de 3 años es la más clara representación de la crisis humanitaria que provocan las guerras, de cómo destruyen países y lo más importante familias, que en su intento de escapar mueren, por ello ayudar es lo único que le queda al resto del mundo, y eso lo ha entendido muy bien el actual Gobierno de Canadá, que abrió aún más sus puertas a los sirios y a muchas personas del mundo, pese a las críticas de algunos canadienses que por miedo creen que esto no es bueno o seguro para el país. 
 

Las puertas de Canadá esperamos sigan abiertas, eso sí con algunas restricciones y mayores controles de seguridad, que se dan por simple lógica y dos motivos importantes, el primero que es imposible que un país pueda atender a los millones de personas que solicitan refugio en el mundo, sin que se afecta a sus residentes, pero el principal que no se puede poner en riesgo la seguridad de una nación y sus habitantes, por ayudar a una población que realmente la necesita, pero en donde se pueden filtran verdaderos delincuentes y terroristas, que solo buscan hacer mucho daño.