Latinos en el exterior se quejan de lo que pasa en sus países, pero no votan

Existe una especie de desencanto electoral, pereza o falta de amor por la patria que los vio nacer, o la mezcla de todo, pero lo cierto es que pese a los esfuerzos que han hecho muchos países para que ciudadanos puedan votar en el exterior los inmigrantes sacan cualquier excusa y no salen a votar el día de las elecciones, el mejor ejemplo lo dieron los colombianos esta semana.

EDITORIAL.- Duras críticas por lo general siempre se les escuchan a los inmigrantes cuando se refieren a los gobernantes de sus respetivos países. Se culpa de muchos males y problemas a los políticos, a los congresistas, a los presidentes, a los ministros y en general a todos los que manejan estas naciones, pero cuando se trata de elegir el presidente, el senador o las personas que van a regir los destinos, esos mismo inmigrantes no hacen el esfuerzo por ir a los consulados o embajadas a votar, dejan que otros decidan por ellos y luego se quejan.

La situación se repite en casi todos los países que hacen grandes esfuerzos para que sus ciudadanos en el exterior puedan votar, invierten miles de dólares, tiempo e infraestructura, para que solo unos pocos que realmente siente ese amor de patria y les duele lo que pase en el país ejerzan ese derecho a votar que en el pasado muchos inmigrantes exigieron a sus gobernantes, que debieron cambiar las leyes para que esto fuera posible.

El caso más palpable se registró el pasado domingo en Canadá, donde menos del 30% de las personas que podían votar y que viven en Canadá, fueron las que le cumplieron a su país, el resto o realmente no pudo o no quiso, porque tuvieron toda una semana para hacerlo. Tan solo 30.571 personas de todo el mundo fueron a ejercer su derecho a elegir presidente, de más de medio millón que podían hacerlo.

Aunque el abstencionismo en las elecciones en Colombia fue generalizado, lo que pasó en el exterior si es muy preocupante, como lo dijo el director de Asuntos Consulares del Ministerio del Exterior de esta nación, Álvaro Calderón, que aseguró que pese a los cambios que se hicieron, de darle más días a los votantes que están afuera, la gente prefirió quedarse en sus casas y no salir a votar.

El problema se ha repetido en la mayoría de las elecciones, con algunas excepciones. El alto abstencionismo durante los comicios deja ver el poco interés que despierta el rumbo que puede tomar un país para un ciudadano que está fuera de él, tal vez porque se siente seguro en Canadá, porque cree que eso no lo va afectar, o porque siente que no lo necesita, una posición muy egoísta, porque al menos deberían pensar en las personas que se quedaron en su país, en sus familiares, en sus amigos, o en la comunidad en general que se verá afectada de una u otra manera por una mala elección de un presidente, un congresista, un senador o cualquier cargo de elección popular en donde los ciudadanos en el exterior pueden votar.

En el caso de muchas naciones realmente no existen excusas para que la gente no salga a votar, porque los gobiernos están facilitando de muchas maneras que sus ciudadanos en el exterior puedan ejercer su derecho al voto, pero siempre hay algún tipo de excusa para no hacerlo, pero seguramente luego ese mismo ciudadano se quejará ante el resto del mundo de lo que pasa en su país, pero no cuenta que el hizo parte de ese problema por su silencio, porque su voto también cuenta.