Nicolás Maduro, un dictador o un inepto, que debe caer en 2017
17 de Enero de 2017 a las 19:49Antes de que ocurra una gran tragedia en Venezuela, a las voces de millones de venezolanos en el mundo que piden la salida de su presidente por la crisis tan profunda en que está sumido el país, se les deben unir las voces de todos los latinoamericanos en el mundo, de los gobiernos vecinos, de los defensores de derechos humanos, y de todo aquel que tenga un mínimo poder para buscar la salida pacífica y democrática de este mandatario, que por sus decisiones, y como maneja el país, ya parece más un dictador, que un gobernante, con el agravante de haber demostrado que es un inepto para manejar esta gran nación suramericana poseedora de una gran riqueza, mientras gran parte de sus ciudadanos deben vivir en la extrema pobreza.
EDITORIAL.- Ya fue suficiente, no más discursos y tiempos de espera, Nicolás Maduro el Presidente de Venezuela debe abandonar su cargo lo más pronto posible por la vía democrática, pero los ciudadanos de este país no pueden seguir sufriendo por las consecuencias de un mal gobierno o de una dictadura como lo calificó el nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Julio Borges.
Maduro tiene que salir a las buenas, porque a las malas, las consecuencias de una revuelta serían funestas porque muchos militares aun lo respaldan, pero el resultado debe ser el mismo el llamado a nuevas elecciones en este país, donde las criminalidad, la inseguridad, la crisis social, el desempleo, la falta de medicamentos y comida, el hambre y la miseria, ya afectan a todos de alguna forma, inclusive a los que tienen recursos para sobrevivir este desgobierno y los que viven del estado que son los que sostienen a Maduro en el cargo.
Maduro sabe que tiene el tiempo contado, y para mantenerse desconoce cualquier intento que por vía democrática implique el fin de su mandato, porque se quedó sin argumento para seguir manteniendo un Gobierno que desconoce un Parlamento electo por 14 millones de venezolanos, al que le robaron el referéndum revocatorio que buscaba la salida pacífica del gobernante. La dictadura se pinta en el aire y es tan clara que el pasado 11 de enero el Tribunal Supremo decidió que todos los actos de la Asamblea Nacional en 2017 son nulos, entre ellos, la declaración de abandono del cargo del presidente.
Todo indica que Maduro va camino a una dictadura total en su afán de sostenerse en el poder, y él lo sabe al punto que dijo “me van a llamar dictador, no me importa”, pero también entiende que el mundo está muy pendiente de lo que pase en Venezuela, y que no le será tan fácil seguir Gobernando, amparado por un decreto de emergencia económica dictado hace un año, que ha ido renovando sin el aval del Parlamento.
Al presidente venezolano la comunidad internacional le está cerrando puertas, el día 4 de diciembre los miembros fundadores de Mercosur, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, decidirán suspender a Venezuela del organismo subregional, pero siguen creciendo las voces del mundo contra el mandatario como el llamado de la OEA, y líderes del mundo que consideran que se debe buscar un cambio pacífico en este país, que aún mantiene más de 100 presos políticos, encarcelados incluyendo tres alcaldes, un diputado, un legislador regional y un concejal, además de personas con orden de excarcelación que no son liberados, o líderes opositores como Leopoldo López.
Todo esto ha pasado mientras los venezolanos siguen sin alimentos, sin medicamentos, con una inflación galopante, salarios de hambre, en medio de una criminalidad en crecimiento y con la sensación
de que ya tocaron fondo y ahora deben resurgir, para lo cual la prioridad es la salida de Maduro del poder, algo que muchos ven muy lejos, pero otros ven muy cerca, porque el pueblo ya no aguanta más.
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