Potente droga alucinógena, "sales de baño" ahora está creando asesinos
09 de Junio de 2012 a las 08:13MIAMI.- El espeluznante ataque cometido por Rudy Eugene, quien completamente desnudo se comía el rostro de otro hombre, llamó la atención del mundo, pero más de las policías antidrogas y los organismos de sanidad porque el criminal estaba bajo los efectos de una potente droga cuando fue muerto por la policía de Miami. El gran problema ahora es que la poderosa droga podría ya estar en las calles de Canadá y de cualquier país sobre la tierra.
Todo indica que el asesino había consumido un alucinógeno que contiene un compuesto conocido como metilendioxipirovalerona, una droga psicoactiva de efectos incontrolables, lo que ya puso en alerta a todo Estados Unidos y ahora también a Canadá.
La droga utilizada por el asesino se le conoce en Estados Unidos como 'Bendición', 'Ola de marfil' o 'Cielo de Vainilla', pero cambia su nombre de país en país, por lo que para la policía y los organismos de control es un verdadero dolor de cabeza encontrar los distribuidores y por supuesto los consumidores que en su mayoría son muy jóvenes.
Según las investigaciones la droga que ya se conoce con el nombre de "Hannibal Lecter", el popular de nombre del caníbal del cine o como "sales de baño", está conformada por varios productos químicos que desequilibran al que la consume.
La metilendioxipirivalerona apareció por primera vez en 1969, pero se mantuvo oculta durante varios años, hasta que apareció en 2004 como una “droga de diseño”, esas mismas pastillas sintéticas que están consumiendo muchos jóvenes en el mundo y que parte de ellas se producen en Canadá, como el éxtasis.
El gran problema es que luego del asesinato en Miami y de otros que han sucedido por consecuencias de estas drogas en el mundo y ante el incremento de muertes, sólo hasta hora los gobiernos se empezaron a cuestionar si es que están haciendo lo necesario para impe3dir el avance de estos medicamentos entre los jóvenes.
Para los especialistas en este tipo estupefaciente el problema es que la droga actúa directamente sobre el cerebro, afectando los neurotransmisores, por lo que genera una adicción casi inmediata y la gente requerirá más dosis a medida que pasan los días, ante lo que llega el descontrol total, cuando se dan las alucinaciones, la paranoia, la aceleración del ritmo cardíaco y los pensamientos homicidas o suicidas.
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