¿Cómo marcha la vacunación en Latinoamérica contra el Covid-19?
15 de Julio de 2021 a las 04:30Solo 1 de cada 10 personas en América Latina y el Caribe tiene el esquema completo de vacunación
Los países con más porcentaje de personas vacunadas son: Chile, Uruguay y Republica Dominicana, y donde hay menos vacunados son: Venezuela, Honduras y Guatemala. Según los datos presentados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), sólo una de cada siete personas ha sido completamente vacunada contra la Covid-19 en América Latina y el Caribe. De acuerdo con el organismo la región acumula casi 74 millones de casos de Covid-19 y 1.9 millones de muertes por el virus, lo que representa más de un tercio de los casos de coronavirus y más del 40% de las muertes reportadas en el mundo.
BOGOTÁ. - La vacuna contra el Covid-19 parece ser la única respuesta posible en Latinoamérica contra el Covid-19, y los gobiernos lo saben, porque no han conseguido restringir al máximo el movimiento de sus ciudadanos por los efectos en la economía, y porque gran parte de los trabajadores son informales y deben salir a buscar el sustento de cada día, mientras el virus está rotando por todos lados.
Algunos países latinoamericanos están conociendo un repunte de contagios, en parte debido a las nuevas variantes y la reanudación de actividades, como el turismo, pero el avance de la vacunación en muchos lugares de la región está favoreciendo la progresiva vuelta a la normalidad.
El ranking de países con mayor población vacunada con segundas dosis lo encabeza Chile con el 65% de sus habitantes inoculados. Le sigue Uruguay con el 56% de 3,4 millones, luego se ubican República Dominicana con el 30%; El Salvador con el 19%; Costa Rica y México, con el 16%; Colombia con el 15%; Brasil y Guyana con el 15%; y Panamá con el 14% de su población vacunada. Perú comparte posición con Argentina, con el 11%. Entre los que menos primeras dosis aplicaron figuran Paraguay, Venezuela y Honduras, con el 10%; y Guatemala con el 5%.
Las vacunaciones no han evitado las reinfecciones, dando lugar a dudas sobre la eficacia de las vacunas de Rusia y China (como en el caso de Chile y Argentina, respectivamente; debate que ha motivado que Costa Rica renuncie a la compra de dosis de Sinovac).
Las vacunas que se estan aplicando en Latinoamérica
Aunque casi todos los países en América Latina han anunciado el inicio de sus planes de inmunización, la pandemia está cobrando muchas vidas en toda la región, según un informe de El País. El estado actual de esta carrera (más contra el tiempo y las mutaciones del virus, que contra los vecinos) para inmunizar a las ciudadanías en la región se refleja en el porcentaje del total de cada población que ya ha recibido una pauta completa de inmunización, esté compuesta de una dosis o, como en la mayoría de casos, de doble inoculación. La mayoría de ellos ha marcado un objetivo de alrededor del 70%-80% de la población vacunada para considerar sus planes como completados.
AstraZeneca y Pfizer, las primeras. En las primeras semanas, la vacuna predominante en la región fue la del laboratorio estadounidense Pfizer, de doble dosis y con una eficacia del 95% (la “eficacia” se refiere a la disminución media de la probabilidad de desarrollar síntomas significativos). Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, EE UU y México se iniciaron con ella. En Argentina, además de la vacuna rusa que se está usando a día de hoy, se aplica la de AstraZeneca, también de doble dosis y con una eficacia demostrada alrededor del 70%. Esta, de origen inglés, aún no ha llegado a recibir la aprobación en los Estados Unidos.
Por ahora, la estadounidense de Moderna se encuentra aprobada (y en uso) tanto en su nación de origen como en Canadá, pero se ha quedado fuera de la mayoría de los paquetes adquiridos en América Latina, algo que se podría atribuir a su elevado costo por unidad. Tan solo Colombia ha confirmado una compra significativa de 10 millones de dosis a esa compañía. Además, el Gobierno colombiano se adelantó con la vacuna desarrollada por Johnson & Johnson, cuyas pruebas se están practicando en los grandes países de América Latina y han arrojado una eficacia de alrededor del 66%, con la particularidad de requerir una sola dosis para alcanzar sus efectos deseados.
CoronaVac y Sputnik V, cada vez más usadas en el Sur. Chile adquirió muy pronto hasta 60 millones de dosis de CoronaVac, desarrollada por el laboratorio chino Sinovac. La eficacia de esta vacuna está probada, pero el nivel varía según el estudio consultado y la métrica escogida: en torno al 50,6% para prevenir infección según resultados finales desde Brasil, hasta 65% de acuerdo con el estudio indonesio, y más del 80% de acuerdo con los resultados actualizados de las autoridades turcas. Para las chilenas, se ha podido comprobar que CoronaVac favorece el desarrollo de anticuerpos en al menos 9 de cada 10 vacunados dos semanas después de haber recibido la segunda dosis.
En Colombia, la campaña de marzo avanzó gracias a este vial. Argentina, por su parte, apostó desde el principio por la rusa Sputnik V, producida por el laboratorio Gamaleya —cuya eficacia se conoció recientemente por encima del 90%—, de la que el país ya ha recibido más de 600.000 dosis. En México se han adquirido recientemente alrededor de 24 millones de dosis de esta vacuna, 200.000 de las cuales se esperan en breve. Antes de que se dieran a conocer los resultados públicamente, el presidente argentino Alberto Fernández fue una de las primeras personas en ponérsela en su país, para tratar de disipar la desconfianza de un sector de la población. Con esa misma vacuna se ha comenzado a inmunizar también a la población boliviana tras el arribo de 20.000 dosis procedentes de Moscú, sin que por ahora hayan trascendido datos de seguimiento que permitan calibrar el porcentaje de la población que ya ha recibido vacuna.
Eficacia variable con síntomas, pero sólidas evitando muertes. Además de la eficacia en disminución de síntomas, las vacunas se diferencian por su modo de actuar: las de Pfizer y Moderna envían instrucciones genéticas a las células para crear una proteína específica que combate el coronavirus y requieren congeladores especiales para su mantenimiento; mientras que las de AstraZeneca, J&J y Gamaleya emplean una técnica similar conocida como “vacunas de vector adenoviral” que permite su almacenamiento en un refrigerador común. La china de Sinovac es una vacuna que funciona mediante virus inactivados, que, inoculados, se espera que produzcan igualmente una reacción inmune (como la que de hecho se registró en las pruebas) en el cuerpo. En lo que sí se parecen todas ellas es en su capacidad para eliminar aparentemente casi por completo la probabilidad de muerte por causas asociadas con la covid-19: en los ensayos clínicos y aplicaciones en campo de AstraZeneca, CoronaVac, Johnson & Johnson, Moderna, Pfizer y Sputnik V registrados hasta la fecha apenas han fallecido personas cuya muerte pueda relacionarse directamente con el virus.
Por qué es fundamental. Buena parte de América Latina sigue pendiente del avance de COVAX, una alianza internacional formada por más de 170 países. El objetivo de esta iniciativa es construir una cartera diversificada de inversión en proyectos de vacuna y garantizar un acceso justo y equitativo a las naciones con menos recursos. Seth Berkley, director ejecutivo de la mayor alianza global de vacunas (GAVI), estimó que unos 280 millones de dosis llegarán a la región este año a través de ese programa. El buen funcionamiento del mecanismo internacional será crucial para la cobertura de la población latinoamericana en la inmunización frente al coronavirus. Sin embargo, y pese a la decisión del presidente estadounidense Joe Biden de unirse a COVAX tras la negativa de su antecesor, quienes están al frente del plan han instado a que más países ricos se sumen como donantes de vacunas para que sea exitosa a nivel global. Mientras tanto, la mayoría de gobiernos continúan desarrollando una estrategia mixta en la que, a las vacunas de este mecanismo, les añaden las compradas por su cuenta en negociaciones directas con farmacéuticas.
Quién se está beneficiando de Covax. La mayoría de las dosis estarán destinadas a los países de la región que participan en la financiación del programa, como Brasil, Colombia, México o Perú, mientras que unos 80 millones de ellas irán a naciones de ingresos bajos de manera gratuita, según explicó Berkley. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) había adelantado que serán “los países más pobres o que, por su pequeña población, tienen más dificultad de acceso” como Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Bolivia o Haití. Efectivamente: la mayoría de ellos, así como Colombia y Perú, fueron de los primeros países en beneficiarse de la iniciativa. Las autoridades peruanas esperan que parte de los 13,2 millones de dosis adquiridas por esta vía lleguen durante todo 2021. En Colombia, los planes de COVAX alcanzan los 20 millones de dosis. En Guatemala, Alejandro Giammattei espera un total de 6,7 millones de dosis por esta vía, mientras que Honduras vio el arribo de las primeras dosis por esta iniciativa en marzo.
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