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Crisis política en EE.UU. ya deja cuatro muertos. Congreso certificó triunfo de Biden

05 de Enero de 2021 a las 01:41

El asalto al Capitolio y revueltas instigadas por Trump siembran el caos en Washington. Miles de seguidores de Donald Trump, azuzados por sus acusaciones infundadas de fraude electoral, rodearon el Capitolio y traspasaron de forma violenta los cordones policiales, provocando altercados dentro del edificio. La sesión fue suspendida, la ciudad decretó toque de queda, la Guardia Nacional se desplegó y el mundo vio una imagen inaudita de Estados Unidos, el país que se enorgullece de ser la primera democracia del mundo.

WASHINGTON.- Ni los manifestantes pro-Trump que se tomaron el Capitolio, ni las reclamaciones (sin fundamentos) de fraude electoral, ni las amenazas de Trump, impidieron que el Congreso continuara con la certificación del demócrata Joe Biden horas después de haber sufrido el asalto de una turba de seguidores del presidente republicano, agitados por sus acusaciones infundadas de fraude electoral.

Los graves disturbios, en los que han muerto cuatro personas, obligaron a suspender la sesión y desplegar la Guardia Nacional, pero el Capitolio se reunió de nuevo la misma noche del miércoles, en una decidida exhibición de firmeza, y cumplió con la Constitución. A las 3.40 horas (hora de la ciudad de Washington), el vicepresidente, Mike Pence, declaró el vencedor tras días de presiones de su jefe, que le pedía la rebelión. Acto seguido, Trump emitió un comunicado en el que seguía protestando por el resultado pero, por primera vez, se comprometía a una transición de poderes “ordenada” el 20 de enero.

La representante demócrata Ilahn Omar comunicó en la tarde del miércoles que ya estaba redactando los artículos necesarios para un nuevo juicio político al presidente. Esta vez el cargo sería mucho más grave que los presentados en 2018: conspiración por sedición.

el 20 de enero Biden tomará posesión y pondrá en marcha un Gobierno con un amplio margen de maniobra, pues los demócratas controlarán la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y, tras la elección de este martes en Georgia, también el Senado. Comenzará entonces la dura labor de cerrar heridas, tender puentes y reparar reputaciones. Líderes de todo el mundo condenaron lo ocurrido en el que se precia de ser un país referente de democracia y solidez institucional, un trozo de Occidente que no había vivido algo así en 200 años.

“Vamos a terminar exactamente lo que hemos empezado y certificaremos al ganador de las elecciones presidenciales de 2020, el comportamiento criminal nunca dominará al Congreso de Estados Unidos”, dijo el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell.

El ahora cabeza de la minoría conservadora calificó la revuelta de “insurrección fallida” y proclamó con orgullo: “Estados Unidos y este Congreso han afrontado amenazas mucho mayores que la turba desquiciada de hoy. No nos han disuadido antes y no nos disuadirán ahora. Han intentado romper nuestra democracia y han fracasado”. El vicepresidente, Mike Pence, había abierto la sesión unos instantes antes reivindicando: “No habéis ganado, la violencia nunca gana, la libertad gana”. Los discursos tenían algo de terapia de grupo.

Un grupo de seguidores del presidente, Donald Trump, tomó la sede del Congreso de Estados Unidos en Washington tras superar las barreras de las autoridades.  Lo hicieron poco rato después de que el presidente se dirigiera a ellos frente a la Casa Blanca y continuara reiterando sus infundadas denuncias de fraude.

“Hoy va a ser un día histórico en la historia de nuestra nación”. La primera frase del correo electrónico enviado por el equipo de Donald Trump a sus seguidores a las 13.26 de este miércoles, el enésimo mensaje para pedirles dinero para su lunática cruzada por no abandonar la Casa Blanca como un perdedor, iba a resultar dolorosamente premonitoria. “El Congreso o bien certificará, o bien objetará el resultado de las elecciones”, seguía el mensaje. Pero no eran los legisladores a los que señalaba el texto los que habrían de convertir la jornada en histórica, sino algunos de los seguidores del presidente.

Una mujer murió de un tiro en el pecho. Llevaba alrededor del cuello una bandera con el nombre de Donald Trump. El miércoles 6 de enero de 2021 será recordado como uno de los días más oscuros en la historia política de Estados Unidos. Senadores y representantes de los partidos Republicano y Demócrata señalaron a Trump como el principal responsable de lo ocurrido. Fue él quien incendió los ánimos de sus seguidores cuando, horas antes, exigió al presidente del Senado, Mike Pence, para que devolviera a las autoridades de los estados los resultados de la elección de noviembre, con el objeto de que revisaran el presunto fraude.

 

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