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Formación de coágulos sanguíneos, otro efecto mortal del coronavirus

18 de Mayo de 2020 a las 19:10

Formación de coágulos sanguíneos, otro efecto mortal del coronavirus

SALUD.- A solo una minoría de contagiados se le forman, pero suelen ser mortales

Formación de coágulos sanguíneos, otro efecto mortal del coronavirus A los serios problemas en sistema respiratorio, estudios, autopsias y observaciones de médicos alrededor del mundo han ido demostrando que el coronavirus puede desatar una formación de coágulos en los pacientes críticos, que los puede matar. Incluso se ha descubierto como también afecta el hígado, los riñones, los intestinos y el cerebro.

LONDRES.- Aunque aún faltan muchas cosas por saber y entender de cómo actúa el Covid 19, porque la enfermedad que produce es mucho más compleja de lo que se pensaba inicialmente, ya se sabe que puede afectar no solo el sistema respiratorio de los pacientes sino  órganos tan importante como el hígado, los riñones, los intestinos, el corazón y el cerebro, ahora también se conoce que produce una inusual formación de coágulos sanguíneos en muchos pacientes con covid-19, incluso aquellos que estaban recibiendo anticoagulantes.

La inusual formación de coágulos sanguíneos en los pacientes críticos, quienes no hay que olvidar corresponde a una minoría de todos los infectados, ha prendido las alarmas en los médicos alrededor del mundo. Los datos emergentes en el último mes sugieren cada vez más que el COVID-19 puede generar un estado perfecto para la “formación de coágulos”, los cuales se pueden alojar tanto en los pulmones como en el cerebro o en las extremidades, debido a la confluencia de múltiples factores.

Estos coágulos pueden llegar a órganos como el pulmón, el corazón o el cerebro, y causar ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares (ACV), con consecuencias fatales.

Según una publicación en la revista Radiology, los serios problemas respiratorios en COVID-19 no se deben solo al desarrollo del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), sino que procesos trombóticos microvasculares -pequeños coágulos de sangre- en el pulmón y en otros órganos pueden cumplir un papel importante, lo que tiene consecuencias para el diagnóstico y manejo terapéutico de dichos pacientes.

Desde febrero los datos de China ya alertaban respecto a la presencia de coágulos en la sangre de los pacientes que fallecían por COVID-19, en una muestra de 183 pacientes diagnosticados y hospitalizados por coronavirus, más del 70 % de los 21 pacientes fallecidos tenían coágulos pequeños en todo el torrente sanguíneo. Recientes investigaciones en Países Bajos y Francia apuntan a que estos grumos sanguíneos aparecen entre el 20 y 30 % de los pacientes críticos.

Asimismo, un reciente reporte de una investigación del Hôpitaux Universitaires de Strasbourg publicado en Radiology informó que de 106 tomografías especializadas para evaluar la presencia de trombos en el pulmón realizadas en pacientes con COVID-19 en un centro de atención en Francia, 32 pacientes (30 %) tenían embolia pulmonar aguda. Dicha tasa de embolia pulmonar es mucho más alta de lo que generalmente se encuentra en pacientes críticos sin infección por COVID-19 (1,3 %) o en pacientes de urgencias (3-10 %).

De igual modo, la realización de autopsias ha aportado información al respecto, en una serie de casos de las primeras 12 muertes por COVID-19 en Hamburgo, Alemania, siete pacientes (58 %) tenían trombosis venosa profunda o coágulos en las extremidades inferiores descubiertos en la autopsia, y el embolismo pulmonar fue la causa directa de muerte en cuatro de los pacientes, según dicha investigación publicada en Annals of Internal Medicine. 

Médicos del Sistema Hospitalario del Mont Sinai en Nueva York, también dieron a conocer detalles sobre cinco pacientes infectados con coronavirus que sufrieron un accidente cerebrovascular, es decir, la presencia de algún trombo en el cerebro. Los pacientes tenían entre 33 y 49 años, muy por debajo del grupo de edad común en estos casos, y solo presentaban síntomas leves o no tenían señales de COVID-19.

Por otra parte, Jeffrey Laurence, un hematólogo de Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York, analizó junto a varios de sus colegas muestras de pulmón y piel de tres pacientes con COVID-19, descubriendo que los capilares en dichas muestras estaban obstruidos con coágulos.

En relación con estos casos, Peter Liu, director científico del Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, afirma: “En individuos sanos el vaso sanguíneo es una tubería muy suave. El revestimiento interno del vaso llamado endotelio impide activamente la formación de coágulos. Pero la infección viral puede dañar estas células y favorecer la producción de proteínas que desencadenan el proceso de trombosis. Puede ser en las arterias del corazón, lo que causa un infarto; en las arterias del cerebro, que causa un accidente cerebrovascular, o, en ocasiones, en las arterias de las extremidades, lo que puede afectar los brazos y las piernas de los pacientes que estén en riesgo y crea la posibilidad de que sea necesaria una amputación”.

 

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