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La guerra de Rusia se está “tragando” el crecimiento económico del mundo y dispara la inflación

17 de Marzo de 2022 a las 10:05

La guerra de Rusia se está “tragando” el crecimiento económico del mundo y dispara la inflaciónEl repunte económico post pandémico, se está diluyendo por cuenta del conflicto entre Rusia y Ucrania

Organismos multinacionales y expertos advierte que la recuperación de la economía global, que empezaba a resurgir luego de enfrentar la pandemia, llevará más tiempo por cuenta de la guerra y todo dependerá de la fecha en que Rusia ponga fin a ataque contra Ucrania.

LONDRES. –       Medios y especialistas en economía global están advirtiendo que la crisis económica tiende a profundizarse a medida que avanza la guerra de Rusia contra Ucrania.

Hasta ahora, no se sabe realmente cuanto le está costando esta guerra al mundo y cómo afectará el crecimiento económico, pero sus efectos ya se sienten en todas partes. Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la guerra en Ucrania reducirá el crecimiento de la economía mundial en un punto porcentual durante el primer año y aumentará la inflación prevista en 2,5 puntos. También advierte que el impacto negativo se notará especialmente en Europa, ya que restará 1,4 puntos al PIB y sumará 2 puntos más a la inflación. La causa directa, la mayor dependencia de los países centroeuropeos del gas y del petróleo ruso, y por un parón en el crecimiento económico derivado de las sanciones y la crisis geopolítica.

La OCDE reconoce en su último informe económico publicado que el conflicto desatado en Ucrania por la invasión rusa ha provocado “fuertes consecuencias económicas y financieras”, sobre todo en los mercados de productos básicos, alentadas por el “despegue vertiginoso” de los precios de la energía, del petróleo y el gas, y de suministros “esenciales” como el trigo, el girasol o los minerales. Por ello, prevén un “parón de la recuperación económica”, que ralentizará la salida de la crisis pandémica de la zona euro, apenas dejará crecer a Estados Unidos (+0,9%) y provocará una “profunda recesión” en Rusia (-10%). Todo esto agravado por una inflación de los precios al consumidor a la que no ve techo a corto plazo.

Por tanto, las previsiones previas a la guerra de Ucrania, en la que la OCDE anunciaba que la mayoría de índices económicos “volverían a la normalidad” durante 2022 y se “consolidarían” en 2023, con un crecimiento del PIB y del empleo que estaría en tasas similares a las prepandemia ya para finales del próximo año, han saltado por los aires. De este modo, confirma que “el daño ya se está sintiendo en todo el mundo y los riesgos se vuelven cada vez más graves y duraderos”, haciendo que la inflación se incremente un 2,47% en todo el mundo, un 1,98% en la OCDE y un 2,03% en la eurozona.

Este incremento imparable de los precios los achaca directamente con el temor provocado en los mercados internacionales por las sanciones contra el Gobierno de Putin, ya que Rusia “suministra alrededor del 16% del gas natural del mundo y el 11% del petróleo”, lo que ha provocado que “los precios de la energía hayan aumentado de forma alarmante”, particularmente en Europa, “muy dependiente del gas y el petróleo rusos”. Por esta razón, advierte que “los precios del gas en Europa ahora son más de 10 veces más altos que hace un año, mientras que el costo del petróleo casi se ha duplicado durante el mismo período”, de forma que “el shock de precios corre el riesgo de aumentar la pobreza y perturbar la producción de bienes y servicios en todo el mundo”.

También pone énfasis el informe en el encarecimiento de otros suministros y materias primas procedentes de ambos países en conflicto y alerta de que los precios de las materias primas “han aumentado considerablemente”, ya que Rusia y Ucrania “son importantes productores de trigo, fertilizantes y metales utilizados en la industria, como el níquel y el paladio”. Por ello, la OCDE apunta que “las interrupciones en el suministro de estos insumos corren el riesgo de aumentar el hambre y la inseguridad alimentaria en todo el mundo, en particular en los países de mercados emergentes y de bajos ingresos”. Al mismo tiempo, el aumento de los precios de los metales “podría afectar a una amplia gama de industrias, como la fabricación de aviones, automóviles y chips”.

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