La paz del régimen talibán no duró una semana, ya empezó a matar mujeres y opositores
19 de Agosto de 2021 a las 02:17Los talibanes ya lo dejaron claro: Afganistán no sería una democracia, aplicaran la ley sharía, a las buenas o a las malas, esa que bajo su interpretación viola todos los derechos de las mujeres y transgrede los de cualquier ser humano que disienta con la que los líderes de una organización que respaldada por una religión se creen dioses. En tan solo una semana en el poder, atrás va quedando la intención de un gobierno pacífico de transición, que tanto anunciaron. El mismo que aseguró al mundo que no habría venganzas, ni masacres, ni violencia contra las mujeres, pero ya sus combatientes disparan contra la multitud, matan mujeres por no usar velo y buscan a los que apoyaron a los tropas de Estados Unidos.
EDITORIAL. – Las imágenes de la gente arriesgando sus vidas, colgándose a los aviones, entre ellos niños y mujeres, para escapar del régimen talibán, que le dieron la vuelta al mundo, solo tienen un nombre, miedo, pánico a ser violado, torturado o asesinado, por no estar de acuerdo con unos líderes que decidieron interpretar a su acomodo una ley, donde las mujeres pierden todos sus derechos.
En un régimen talibán las mujeres llevan la peor parte, y así lo deben entender todas las que quedaron atrapadas, sus padres de familia, y las niñas que tendrán que vivir bajo un sistema opresor que se está imponiendo en Afganistán, y que les quitará lo poco que habían logrado en 20 años de lucha, en medio de la guerra.
Tan solo el martes una mujer fue acribillada por no usar el velo que cubre el rostro, unas horas después de que los líderes de la organización que asumió el poder tras la retirada de las tropas estadounidenses de Joe Biden, se comprometieran a respetar a las mujeres. Durante una conferencia de prensa, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid prometió que los insurgentes respetarían los derechos de las mujeres dentro de la ley Sharia, que ellos interpretan a su acomodo.
Los talibanes aseguran que quieren formar un Gobierno “islámico e incluyente”, pero esas declaraciones se caen cuando se empieza a sentir la represión en las calles. Ellos quieren que el mundo no recuerde la brutalidad que caracterizó la dictadura que ejercieron entre 1996 y 2001, pero los asesinatos de los que se oponen al régimen ya se empiezan a registrar en los pocos medios de comunicación que logran sacar algún tipo de información, porque la censura ya también se aplica.
Los talibanes que aseguraron llegar en paz, han respondido con violencia a las primeras protestas: al menos tres personas han resultado muertas y una decena heridas en la ciudad de Jalalabad, cuando han abierto fuego contra un grupo que había remplazado la bandera del Emirato Islámico con la de Afganistán.
El miedo que reflejan las imágenes de la gente intentando escapar de Afganistán tiene un sustento en la realidad, muchos afganos desconfían del lenguaje moderado de los talibanes, porque eso lo dicen ahora que el mundo los está viendo, pero en las calles, donde no hay cámaras, ni testigos, ya se siente que todo va a cambiar en muy poco tiempo. La represión violenta ya se camina por las calles de este país.
En las redes sociales, los afganos acusan a los talibanes de atacar a manifestantes pacíficos en Khost, capital de la provincia homónima, y Asadabad, en Kunar, también al este de Kabul. También hay noticias preocupantes de los alrededores del aeropuerto de la capital. Aunque los soldados estadounidenses lograron reanudar los vuelos de repatriación el martes, el caos que se vivió la víspera en sus pistas se ha trasladado al exterior. En teoría, los talibanes deberían garantizar la seguridad y el acceso de quienes desean salir, pero eso no lo están cumpliendo, están intentando detener a la fuerza a los que huyen del régimen que se va implantar.
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