Los niños españoles mienten sobre su edad y comparten demasiada información sensible en redes sociales
28 de Julio de 2016 a las 10:15Por: Cibersur.com
Los niños no solo son adictos a las redes sociales, sino que, además, sus comportamientos en la red son muy peligrosos poniendo también en riesgo a sus familias.
Las preocupaciones de los padres de todo el mundo se han hecho realidad. El estudio Connected Kids, elaborado por Kaspersky Lab e iconKids & Youth en todo el mundo, revela que los niños españoles con edades comprendidas entre los 8 y los 16 años no solo son adictos a las redes sociales, sino que, además, sus comportamientos en la red son muy peligrosos poniéndoles a ellos y a sus familias en riesgo.
Los niños confían en Internet a la hora de conectarse y comunicarse. Esta es la actividad online más importante para ellos. De hecho, un 35% de los españoles afirma no querer estar sin redes sociales. A medida que los niños crecen, los medios online comienzan a dominar sus relaciones sociales. Sin embargo, y a pesar de que estas plataformas hacen posible que los jóvenes estén en contacto constante con sus amigos, también les hace extremadamente vulnerables.
Los jóvenes, deseosos de formar parte de un grupo de una red social, pueden llegar a compartir mucha información personal. Muchos lo hacen sin darse cuenta de que los datos que comparten pueden ser vistos y usados por personas potencialmente peligrosas. Es preocupante que la mayoría de los niños españoles muestren su colegio (66%) y los lugares que visitan (54%). Además, uno de cada cinco (22%) llega a dar la dirección de su casa. Los menores no son conscientes del peligro que supone compartir la ubicación con amigos, pues personas con malas intenciones podrían buscarles en la vida real.
Con toda la información publicada, los cibercriminales tienen una gran cantidad de datos de los que aprovecharse: un 33% de los menores en España revelan información sobre las pertenencias de sus padres (36%) o dan información sobre el trabajo de sus progenitores (33%). Incluso, una quinta parte habla sobre el salario de sus padres (23%). Con todos estos datos, y combinado con el conocimiento sobre la ubicación de los menores, es fácil ver cómo los cibercriminales pueden llegar a ser más específicos en sus actividades delictivas.
Y aún existen riesgos más graves si tenemos en cuenta que un tercio de los niños españoles (33%) está dispuesto a mentir sobre su edad. Un 17% de los niños de entre 8 y 16 años pretenden aparentar tener más años y uno de cada diez (10%) altera su edad dependiendo de la página web que estén usando. En el peor de los casos, este escenario provoca que los niños sean vulnerables ante adultos, por no hablar de la exposición de los niños a contenidos para mayores de edad.
Alfonso Ramírez, director general de Kaspersky Lab Iberia, comenta que “algunas veces los niños no ven el peligro de las conversaciones online – son abiertos, valientes y comunicativos. Por ello, los padres tienen que evitar que sean expuestos a estos peligros. Es fundamental enseñarles a una edad temprana qué es lo que pueden compartir tanto online como offline y qué deberían mantener en secreto por la privacidad y seguridad de la familia. Además, es muy importante hacer uso de las opciones de privacidad de las redes sociales para que solo los amigos puedan ver las publicaciones y la información. Para una mayor protección, un software de seguridad especializado como Kaspersky Safe Kids, permitirá a los padres monitorizar constantemente los cambios en la lista de amigos de sus hijos y en las publicaciones. De este modo, los progenitores podrán proteger a sus hijos antes de que ellos mismos se causen daños”.
Janice Richardson, consultor senior en European Schoolnet, asegura que “la mayoría de los problemas online que los más jóvenes reportan a las líneas de asistencia, son brechas en la privacidad durante alguna interacción online. Entender qué son los datos personales y cómo protegerlos, es equiparable, a día de hoy, a saber leer y escribir. Los niños necesitan aprender en edades tempranas que la privacidad es su posesión más valiosa, además de un derecho esencial. La nueva Regulación sobre la Protección de Datos tiene como objetivo ayudar a los jóvenes a proteger su privacidad. Sin embargo, la mejor protección es la buena educación de los padres, profesores y de toda la comunidad en la que vive el niño y aprende”.
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