¡Vergüenza! Empresas en Ontario se llenaron de dinero por los ancianos, para dejarlos morir

El terrible informe del Ejército de Canadá sobre el inhumano, triste, devastador estado de los centro de cuidados para ancianos en Ontario, deja ver como el pésimo sistema de atención y control canadiense permite que empresas privadas se llenen de dinero sin ejercer una verdadera fiscalización de la atención digna de los adultos mayores de este país. Parece un desastre de los países más pobres del mundo, donde la corrupción avanza sin descontroladamente y no de Canadá, toda una vergüenza nacional ante sus ciudadanos y el mundo. Con la crisis generada por el coronavirus en los centros de atención a largo plazo en Ontario donde murieron más de 1,600 personas, se puso de relieve las empresas con fines de lucro que administran algunas de estas instalaciones, dejaron morir por negligencia a sus clientes.

EDITORIAL.- El gobierno de Ontario y el Gobierno Federal aseguran que están investigando para judicializar a los responsables de las muertes por negligencia en los hogares para ancianos de Ontario, por cuanta del coronavirus, pero lo que se ha descubierto va mucho más lejos, y  es el pésimo manejo que algunas empresas privadas, que se lucran con los aportes de sus clientes y del estado, han hecho de estas instituciones durante largos años. Toda una vergüenza nacional y mundial, que debe tener a parte de culpables penalmente, una oportuna respuesta del Estado, la total reorganización de los controles más efectivos, porque ¿dónde estaban los organismos de salud y los responsables de lo que pasa en estos centros asistenciales mientras sus residentes morían?

Entre las empresas señaladas está Altamont Care Community, ubicada en Scarborough, es propiedad de Sienna Senior Living, uno de los proveedores de atención a largo plazo con fines de lucro más grandes de Canadá, a la que le deberían quitar todos los contratos, con los que obtuvo ganancias superiores a 21.8  millones en el 2018.

Si no fuera por el informe del Ejercito de Canadá que puso al descubierto el criminal servicio que estaban prestando, porque no se puede llamar de otra forma, el silencio de lo que pasa al interior de estas edificaciones y manejo poco profesional del personal a cargo, por no decir más, deja muchas dudas sobre los programas de atención de adultos mayores, en un país que envejece a pasos agigantados, y que supuestamente tiene uno de los mejores niveles de vida del mundo. Con estos queda demostrado que no es el paraíso perfecto y hay muchas fallas aún por resolver.

El primer ministro de Ontario, Doug Ford, anunció que por ahora el gobierno está tomando el control de cinco hogares de cuidado a largo plazo, pero debería por lo menos tomar medidas más fuertes sobre todos, mientras realiza una investigación profunda y por supuestos con denuncias penales, sobre algo que no debió pasar en un país como Canadá.

Nuevos datos de la Coalición de Salud de Ontario muestran que 1,629 residentes han fallecido en el cuidado a largo plazo hasta el 19 de mayo, mientras el ejército denunciaba el horror que encontró en estos centros asistenciales, donde los contagiados por Covid 19, eran abandonados a su suerte, no los bañaban, no les cambiaban los pañales, eran lugares sucios, llenos de cucarachas, olores fétidos, con cuartos impregnados de material fecal  y donde los medicamentos se suministraban sin los debidos controles o protocolos.

Aunque no todos los centro de atención al adulto mayor son los señalados de estas atrocidades, enfermeras, médicos y personal que ha trabajado en estos lugares, han empezado a denunciar que el descuido y la violación de normas, éticas, morales y profesionales al interior de estas edificaciones, no es algo nuevo, viene de tiempo atrás, y solo estalló el escándalo por las muertes generadas por la pandemia, que puso los ojos solas compañías que están a cargo del cuidado de los adultos mayores, que no tienen nada de organizaciones sin ánimo de lucro, porque reciben millonarios ingresos por su labor que debería estar en manos del Estado.