Francia cambia de rumbo con su nuevo Presidente

Varios retos enfrentará Emmanuel Macron para poder cumplir sus promesas políticas.

A sus 40 años Emmanuel Macron se convirtió en el presidente más joven de la historia de Francia con un 66,06 por ciento de los votos. Su victoria le da algo de aire a los inmigrantes, a Francia y a la Unión Europea, porque quedan atrás los cambios que quería realizar Marine Le Pen, la candidata presidencial del partido de extrema derecha, que estaba dispuesta a implementar medidas al estilo del Presidente de Estados Unidos.

PARIS.- Millones de electores tienen la gran esperanza que el nuevo presidente de Francia Emmanuel Macron, va cambiar el rumbo de su país, va mejorar las relaciones internacionales, implementará medidas para ayudar a los inmigrantes, impulsará los proyectos que busquen consolidar la Unión Europea, golpeada fuertemente por la salida de Inglaterra, pero ante todo va a bajar los índices de desempleo, que tanto afectan a este país.

Según los medios europeos, Macron hace tan solo dos años cuando se dio a conocer al ingresar al gabinete del presidente francés, François Hollande, como ministro de Economía después de haber sido su consejero económico, pero su acenso fue muy rápido. Centrista, liberal y proeuropeo creó su movimiento ¡En Marcha! hace escasamente un año, pese a que nunca antes se había presentado a una elección. Luego se convirtió en joven prodigio de la política francesa, tanto que la prensa lo apoda ‘el Obama francés’ y al final su estrategia dio resultado, gano la Presidencia.

Casado con Brigitte Macron, la profeso de la que se enamoró y que le lleva 24 años, Macron es la demostración de que en el amor no existen barreras. Su compañera de vida, es ya una mujer admirable, respetada, y adorada en su país, y para los franceses será la perfecta primera dama a los 64 años, acompañando los sueños de ese hombre de apenas 39 años.

Para los franceses Macron es la esperanza de un cambio, especialmente ahora que derrotó la candidata ultraderechista por más de 30 puntos. El nuevo presidente llega a regenerar la política francesa, mancillada en los últimos meses por los escándalos de corrupción, y reformar el mercado laboral para relanzar el empleo, principal preocupación de los franceses, son las primeras tareas que ha prometido afrontar.

El socioliberal, ha anunciado un plan de medidas de choque en la manera de hacer política en Francia, pero el reto más importante que deberá enfrentar en los próximos meses es la reforma laboral, porque para los franceses están exigiendo empleos y están dispuestos a enfrentar al Gobierno con marchas y protestas, si los planes del nuevo mandatario no dan resultados, porque muchos esperaban el triunfo de Le Pen, que había propuesto mayores controles a los inmigrantes, para aumentar las oportunidades de empleos de los franceses, al mejor estilo del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Para Macron el principal objetivo es permitir que las condiciones laborales, en particular la jornada laboral, sea negociada en cada empresa o a nivel sectorial para las pymes, dejando así de lado los convenios colectivos, una idea que los sindicatos consideran que pone en manos de los patronos todo el poder.  El nuevo presidente ha prometido un enorme impulso a la formación profesional de los parados y de los jóvenes (su plan prevé 15.000 millones de euros) y un reforzamiento del seguro de desempleo, que será extendido también a los autónomos.

Además Macron tiene previsto que la nueva Asamblea Nacional surgida de las legislativas de junio se ponga a trabajar ya en julio para aprobar unos nuevos presupuestos, y para que en septiembre tenga lista una nueva trayectoria presupuestaria para los siguientes cinco años, porque el punto de mira está establecer recortes presupuestarios por valor de 60.000 millones.

Otra de sus primeras medidas, destinada a mejorar el poder adquisitivo de la población, será eliminar el impuesto municipal de residencia, que actualmente se paga por todas las viviendas ocupadas y que quiere suprimir para el 80 % de la población con menos ingresos.