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Lo mejor del cine (Jose Ridoutt Polar)

08 de Diciembre de 2023 a las 14:56

El toque Lubitsch en TIFF Bell Lightbox

TIFF Cinematheque inaugura su homenaje al "príncipe de la comedia estadounidense", el cineasta Ernst Lubitsch (1892-1947), al que dedicará hasta el próximo 23 de Diciembre una muestra de 9 películas de su obra con presentaciones de varios directores famosos.

Este imperdible homenaje permitirá descubrir a las nuevas generaciones a este gran maestro de la denominada comedia sofisticada norteamericana que inmortalizó lo que los historiadores y cinéfilos conocen como “el toque Lubitsch”.

Fue en realidad su discípulo y admirador el cineasta norteamericano, de origen austriaco, Billy Wilder quien afirmaba que durante muchos años todos intentaron en Hollywood encontrar el secreto del toque Lubitsch y todos le imitaron, sin llegar nunca a igualarlo.

Hollywood le dedicó en 1947 un Oscar especial por el conjunto de su carrera, tan sólo ocho meses ante de su muerte. “Lo malo –dijo Billy Wilder no es solo que se acabó Lubitsch, sino que se acabaron las películas de Lubitsch”. Sin embargo el desaparecido Lubistch nos ha legado una nutrida filmografía y ha creado escuela. Su humor, y su sátira penetró con la misma elegancia y sentido crítico en la Alemania de Hitler en “To Be or Not to Be”, o en la Rusia soviética ridiculizada con enorme talento en “Ninotchka”.

Bajo una apariencia de comedia ligera, sus muy elaborados guiones de sólido y satírico contenido, se ganaron a pulso esa calificación de comedia sofisticada, su elegancia y su ironía sutil, su maestría en relatar y sugerir con imágenes las situaciones más complejas le valieron esa denominación del toque Lubitsch, que ha influenciado a generaciones y generaciones de cineastas. Desde Billy Wilder en los Estados Unidos a Francois Truffaut en Francia o Fernando Trueba en España, numerosos son los directores de cine que se han inspirados en la obra de Lubitsch. Orson Welles lo definía como “el maestro de los maestros”, Truffaut decía que “Lubitsch era un príncipe” y Billy Wilder solía repetir siempre ante de rodar una escena: “¿Qué habría hecho Lubitsch en una situación como esta?”.

Nacido en Berlín en el seno de una familia judía en 1892, el destino de Lubitsch le llevó a Hollywood, como a tantos y tantos cineastas de origen austriaco y alemán que se fueron de Alemania en los años veinte y treinta, en pleno auge del nazismo. Tras debutar como actor y guionista llegó a ser una estrella del cine alemán con una serie de comedias muy populares. Su primera película en 1918 fue “Los ojos de la momia”, un melodrama interpretado por Pola Negri y Emil Jannings, dos grandes estrellas del cine mudo.

De su periodo alemán cabe destacar “Die Austernprinzessin” ( La princesa de las ostras), o el melodrama egipcio “Die augen der mumie ma”. La fama internacional la alcanzó Lubitsch en 1919 con el gran éxito mundial de “Madame Dubarry”, y con otras películas de época o sobre temas históricos, como “Ana Boleyn” en 1920. Fue la actriz y productora Mary Pikford quien le llamó y le hizo instalarse en Hollywood.

Sus comienzos en Hollywood serán laboriosos y dirige en varias películas al latin lover Maurice Chevalier. Es sobretodo a partir de 1932 con “Trouble in paradise”, cuando encadena una serie de obras maestras: “La viuda alegre” 1934, “Ninotchka” con la magnífica Greta Garbo en 1939, “The Shop Around the Corner” 1940, y “To Be or Not to Be”, en 1942.

Recordemos sin embargo que “To Be or Not to Be”, resultó un fracaso comercial en el momento de su estreno, pero recuperada por la crítica y los cinéfilos se ha convertido con el tiempo en la obra mas célebre y admirada de este gran cineasta. “Ninotchka” en cambio fue un gran éxito y nominada en los Oscar de Hollywood en cuatro categorías. Lubitsch pasó a la historia como el cineasta que hizo reír por fin a la diva Greta Garbo en esa sabrosa comedia.

Desde entonces muchos jóvenes espectadores han crecido y quizá nunca vieron las obras de Lubitsch, en todo caso seguramente nunca tuvieron acceso a contemplarlas todas.

Seguro que el público sabrá apreciar el placer, el talento, la inteligencia, la fantasía, el arte de la puesta en escena, de construir el guión, su manera de trabajar con el espectador, de introducirle en la complicidad del cine.

 

STAR TREK STRANGE NEW WORLDS SEASON 2 (Paramount)

Cuando Star Trek: Strange New Worlds debutó el año pasado, se sintió como un bienvenido regreso a la forma para una franquicia atrapada en una crisis de identidad. En un panorama televisivo de prestigio definido por la narración serializada y una afinidad por lo macabro, se extrañaron profundamente las aventuras únicas que se encuentran en las encarnaciones anteriores de esta historia de ciencia ficción infinitamente optimista. Strange New Worlds encarna el espíritu del clásico Trek desde el salto, y entre su formato episódico, su creencia desenfrenada en la posibilidad de un futuro mejor y su adorable elenco de personajes. A lo largo de los primeros episodios de su segunda temporada, el programa continúa justo donde lo dejó, ofreciendo escapadas pulposas junto con un crecimiento general del personaje. Seguimos a la tripulación del Capitán Pike (Anson Mount) en la nave estelar USS Enterprise mientras exploran el cosmos y participan en misiones de investigación científica, esfuerzos diplomáticos e intercambios frenéticos con vida extraterrestre. Ambientada antes de la serie original y sus numerosas secuelas, sigue siendo un sólido punto de entrada para los recién llegados y, aunque está llena de ironía dramática y referencias para los veteranos, su condición de precuela la hace más indulgente para aquellos que carecen de un conocimiento enciclopédico de el canon posterior. Al igual que la última vez, la estructura de esta temporada es prácticamente la misma: cada episodio es una historia mayoritariamente independiente que coloca al equipo en alguna circunstancia novedosa mientras se enfrentan a un extraño fenómeno científico, conflictos políticos o, bueno, problemas de citas.

 

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