Murió el exdictador panameño, pero las dictaduras aun no terminan en América

Con la muerte del ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega se pone fin a una era muy oscura de Latinoamérica en las que las dictaduras marcaban varios países, donde los derechos humanos eran violados sin ningún temor, la época de las masacres, desapariciones, torturas y donde los presidentes se sentían reguardados gracias al apoyo de los militares, mientras recibían los beneficios del narcotráfico, algo muy similar a lo que está pasando en Venezuela, en donde el mundo está viendo al Presidente Nicolás Maduro, como lo ve su pueblo, todo un dictador, de esta nueva era. Noriega falleció el lunes en un hospital de la capital de su país, a sus 83 años.

EDITORIAL.-  Las dictaduras en continente casi han desaparecido, pero aún queda el régimen por caer, como el de Nicolás Maduro en Venezuela, que está llevando a su país a una guerra civil poco a poco, tal y como pasó en todos los países sufrieron el mismo mal, donde los gobiernos se apoderaron del poder por muchos años, manejando elecciones, militares y corrupción, y luego no querían soltarlo.

Con la muerte de Manuel Antonio Noriega, el ex dictador panameño, muchos recordaron lo que ha pasado en países como Chile, Nicaragua, El Salvador y muchas otras naciones del continente, en donde políticos, familias, o militares hacían alianzas con delincuentes, con el narcotráfico, con políticos corruptos y con militares para montar una dictadura, que tantas muertes, crímenes, y tragedias causaron. Toda una historia que no se debería repetir, pero que se parece mucho a lo que pasa hoy en Venezuela.

Noriega fue un importante aliado de Estados Unidos, encargaba a matones la muerte de sus rivales políticos, trabajó para los carteles de la droga colombianos, antes de ser depuesto por una invasión estadounidense. En Panamá, Noriega fue condenado en ausencia por los asesinatos de varios líderes políticos y masacres. Luego de pagar varios años de prisión en Estados Unidos y Francia, donde también fue condenado, el dictador fue repatriado a Panamá a cumplir su condena, por todos los excesos del régimen militar que duró 21 años y cuya etapa culminante fue la narcodictadura.

Fue un momento muy oscuro para la historia de Panamá, pero también para Estados Unidos, porque Noriega era conocido como “el hombre de la CIA en Panamá“. Según documentos judiciales, durante años recibió millones de dólares por ayudar del gobierno de este país.

Aunque no se pronunció públicamente durante el periodo en que estuvo recluido en cárceles de Estados Unidos y Francia, Noriega decidió romper su prolongado silencio cuando accedió a formular una declaración en la que pidió perdón por todas las muertes que causó.

“La Muerte de Manuel A. Noriega cierra un capítulo de nuestra historia; sus hijas y sus familiares merecen un sepelio en paz”, señaló el presidente de Panamá Juan Carlos Varela, esperemos que algún día los venezolanos también puedan cerrar ese capítulo oscuro de la historia, juzgando y mandando a prisión a los responsables de la crisis humanitaria por la que atraviesa este país.