¿Nicaragua, monarquía, dictadura o democracia?
10 de Noviembre de 2016 a las 08:29
El domingo se consumó lo que ya todo el mundo sabía, lo que para muchos es un fraude electoral anunciado, que nadie quiso detener, ni los mismos nicaragüenses, lo que ahora se cataloga como la ratificación de una dictadura del actual presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, que se perpetúan en el poder de este país centroamericano hundido en una profunda crisis. Con la cuarta relección, esta familia, extenderá hasta el año 2022 un mandato, que por ahora parece no tener fin, porque la victoria del líder sandinista, su esposa y sus hijos, superará los 16 años del dictador Anastasio Somoza, contra la que el antiguo guerrillero lucho y derrocó después de 10 años de guerra civil.
EDITORIAL.- Farsa electoral o no, el antiguo guerrillero fue reelegido para su cuarto mandato como presidente de Nicaragua, ahora junto a su esposa, la influyente Rosario Murillo, que actuará como vicepresidenta, y que según muchos se prepara para ser presidente cuando su esposo abandono algún día el cargo. Así que la familia seguirá por largo tiempo en el poder, o al menos esa es por ahora la intención, si algo no pasa en el camino.
Muchos analistas creen que sin la ayuda de Venezuela, la creciente desobediencia civil, los opositores más organizados, la creciente pobreza y la profunda crisis económica, la situación en Nicaragua será insostenible para el reelegido Presidente, su esposa y sus hijos que manejan los hilos del poder.
Las críticas han llovido de todas partes del planeta, de organizaciones, políticos, editoriales de medios, menos de presidentes u otros Gobierno que han preferido guardar silencio y esperar los resultados de las elecciones, mientras los opositores a Ortega pedían a gritos intervenir para evitar que el poder en este país se perpetúe en una sola familia, y regrese la violencia que tantas muertes generó en la guerra que tuvieron para tumbar el anterior dictador.
Por ahora Ortega continuará en el poder de Nicaragua hasta el año 2022, o al menos así quedó determinado el domingo, mientras los opositores al régimen, siguen asegurando que no reconocerán los resultados de las elecciones, que consideran un “fraude constitucional”. El Consejo Supremo Electoral (CSE), dijo que el 72,1% de los votos fueron para al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Ortega, un 10% más que en las últimas elecciones. La jornada electoral se caracterizó por la tranquilidad, no habían protestas y todo parecía una fiesta, pero según los opositores lo que había era apatía, porque todos los nicaragüenses sabían el resultado.
Muchos no entienden porque los nicaragüenses no reaccionan de la misma manera que lo hacen los venezolanos, cuando Nicaragua según cifras reveladas por diferentes organismos esta peor, es el segundo país más pobre de América, solo por detrás de Haití.
Muchos ven en Nicaragua una crisis profunda que puede llevar a fuertes enfrentamientos, pero otros ven un país que se acostumbró a vivir en la miseria y bajo el régimen de Ortega, por lo que siente que no va pasar nada, y esperaran hasta el 2022, a ver si se da un cambio de Gobierno por vías democráticas, algo que mucho creen no pasará, mientras la familia presidencia no lo quiera o lo permita, porque aparte de la esposa de Ortega, están los hijos dispuestos a gobernar.
Para el político sandinista durante la Revolución Edmundo Jarquín, que está presentando el libro 'El régimen de Ortega ¿una nueva dictadura familiar en el continente?', “el FSLN dejó de ser un proyecto político ideológico hace más de 25 años. Hoy es una corporación de negocios. El Grupo Ortega, férreamente controlado por el presidente y sus hijos, supo privatizar el enorme flujo de recursos de la cooperación venezolana”.
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