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Semana Santa un gran momento para reflexionar y cambiar

27 de Marzo de 2013 a las 14:43

Por Lupe Ledesma

Los tiempos cambian, la vida se va transformando, pero durante siglos todos los católicos del mundo dedican una época del año a conmemorar la última etapa de Jesucristo sobre la tierra, La Semana Santa, donde los feligreses recuerdan la pasión, sufrimiento, muerte y resurrección del hijo de Dios, pero especialmente sus enseñanzas.

El recién nombrado Papa Francisco está invitando a todo el mundo no solo a rezar, sino también a demostrar con verdaderos actos fe y de desprendimiento que todos estos siglos de vida del catolicismo han servido para labrar la historia de un nuevo hombre, no sólo del que respeta los preceptos que ordena la iglesia, sino de aquel que además los pone en práctica.

Independiente de cual sea nuestra religión este es un gran momento para tener una conversión interior y de penitencia. Si eres creyente asiste a los actos litúrgicos que se han programado, ora con devoción, pero ante todo demuestra afuera de la misma iglesia que eres ese buen ciudadano que cree en un futuro mejor, sobre la base de respeto a los demás y el de ayudar a los que más lo necesitan.

Durante la semana santa se recuerdan los acontecimientos dolorosos de la vida de Cristo, pero también esas bellas historias que nos hablan del amor de hijo de Dios por los pobres, por los enfermos y por todos aquellos que estaban en desgracia, algo que cualquier persona con algo de humanidad, sin necesidad de ser de una u otra corriente religiosa, debe tener siempre presente.

Por ello yo estoy invitando a todos los católicos, a los cristianos, a los musulmanes, a los ateos, y fin a todos los hombres y mujeres sobre este planeta, a que demuestren que tantos siglos de historia realmente han cambiado al ser humano y lo han convertido en ese ser superior que puede superar su egoísmo, para entregar un poco de lo que tiene a los que los que lo requieren.

 La Semana Santa, o la Semana Mayor o la Semana Grande, como se le conoce en alguno de nuestros países, debe servir para reflexionar profundamente sobre el ejemplo que dejó Jesucristo, quien por su infinita misericordia y amor al hombre, murió en la cruz.

Muchos seguramente aprovecharán estos días para viajar, salir de vacaciones y disfrutar de esta fecha, otros harán un alto en las labores cotidianas para entregarse a la oración y pedir perdón por sus pecados y para otro tanto esta fecha pasará sin mayor importancia, pero independiente de donde se esté o lo que se esté haciendo, lo más importante es pensar y cuestionarnos sobre lo que podemos hacer para mejorar el mundo.

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