“No traigo oro ni plata, sino lo más preciado: Jesucristo”
24 de Julio de 2013 a las 13:52
RIO DE JANEIRO.- Derrochando abrazos, besos y bendiciones, rompiendo cordones de seguridad, hablando claro y pidiendo igualdad social, el Papa dijo que se sentía inmensamente feliz porque el primer viaje de su pontificado haya sido a su “amada América Latina”.
En medio de la violencia, los problemas sociales y especialmente las protestas que realizan los brasileros porque el Gobierno se ha gastado millones de dólares en construir estadios, cuando no hay hospitales, la llegada del Papa Francisco fue como un bálsamo en medio del caos.
Rompiendo protocolos de seguridad, sin el papamóvil con vidrios blindados, viajando en uno de los vehículos más pequeños del mercado, una escolta reducida y hasta sufriendo los trancones que hay en Brasil, porque la caravana en la que viajaba se equivocó, el Pontífice llegó a América, al continente y al país con más católicos del mundo, para demostrar que algo está intentando cambiar al interior de esta religión.
“No traigo oro ni plata, sino lo más preciado que me fue dado: Jesucristo, dijo el Papa de origen Argentino en su discurso a los jóvenes del mundo que se reúnen en Brasil, con los que sostuvo una reunión en el que hablo del amor fraternal, y marcó el nuevo horizonte de su iglesia. "Un pueblo tiene futuro si camina hacia adelante, con los jóvenes, con la fuerza que llevan y también con los ancianos, porque ellos son la sabiduría de la vida".
Los agentes de seguridad, la policía y hasta el mismo Gobierno brasilero, por la seguridad del Papa intentaron mantener una agenda cerrada, pero el Pontífice quiso estar más cerca de la gente, camino, abrazo y dio besos, a un público que lo aplaudió y le rindió un gran tributo a su paso.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dejó muy clara su admiración por el Papa, habló de su liderazgo, al tiempo que resaltó las luchas que ha emprendido por “la justicia social” y se sumó al pedido de Pontífice por el respeto a la juventud, algo que fue interpretado como la intensión de bajarle el tono a las protestas que han organizado miles de jóvenes contra su Gobierno, porque hasta le propuso al pontífice “una alianza” para combatir la desigualdad.
Tan solo a pocas cuadras por donde se desplazaba el Papa centenares de personas realizaban una protesta, que terminó con heridos y personas en la cárcel, por los enfrentamientos que se dieron entre los jóvenes y la policía.
“Cristo tiene confianza en los jóvenes”, le dijo el Papa Francisco a las millones de personas que llegaron para recibirlo en Rio, luego se trasladó al Estadio Fluminense donde bajo los gritos “Francisco querido” y “Papa, los jóvenes te abrazan”, el pueblo le demostró el cariño que ha despertado este argentino.
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