Ni la lluvia pudo detener el fervor religioso de la Semana Santa en Toronto
23 de Abril de 2019 a las 14:28Tradicional procesión en la Pequeña Italia cumplió 56 años
Aunque no salió el número de feligreses de todos los años, ni la peregrinación contó con gran parte de sus pasos alegóricos, ni con la presencia de todos los políticos y gobernantes del país, que por lo regular asisten al gran evento de los católicos organizada por la comunidad italiana en Toronto, el Vieres Santo se vivió con mucho fervor religioso en la ciudad, porque ni la lluvia, ni mucho menos el frio, opacaron la tradicional procesión al que sus creadores le ponen todo el respeto, el sentimiento y la liturgia que merece. El que no faltó a la cita anual fue el Premier de Ontario, Doug Ford.
Por CIRO ALQUICHIRE V.
TORONTO.- Niños, jóvenes, adultos, abuelos, familias italianas en su mayoría, acompañadas de gran parte de la sociedad residente en Toronto, que respetan y admira una milenaria tradición que ellos lograron traer desde su país natal a la ciudad hace 56 años, salieron a vivir la pasión y muerte de Jesús Cristo, en la ya legendaria procesión que se realiza en la Pequeña Italia cada Semana Santa.
Cada paso decorado con el alma, cada oración lanzada al cielo, cada canto que se entona, para marcar el Vía crucis o viacrucis en latín, que significa camino de la cruz, hace que el Viernes Santo, se viva en la ciudad de una manera diferente, porque mientras unos observan con mucho respeto, otros viven con mucho fervor la representación de los últimos momentos de Jesús en la tierra.
La procesión anual, que sale de la iglesia de San Francisco de Asís, que se retrasó un poco por la lluvia estuvo compuesto por alrededor de miles de participantes, 10 pasos y tres bandas, que engalanaron las calles de la ciudad, donde el gobernante más visible, fue el Premier de Ontario, Doug Ford que asistió como todos los años al gran evento cultural y religioso. El Primer Ministro Justin Trudeau y el Alcalde de la ciudad este año brillaron por su ausencia.
Pasada por agua, la 56ª Procesión anual del Viernes Santo de Toronto, quizás por las lluvia, no contó con los miles de seguidores que cada año salen a vivir cada uno de los pasos que se representan, con hombres, mujeres y niños vestidos a la época, o con mantos especiales, pero lo más importantes fue que llegaron las personas que sienten y viven el gran momento de la historia de la humanidad, unos por tradición, porque lo han vivido desde niños y otros por convicción.
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