Pasional y muy íntimo, David Bisbal cantó con el corazón en Toronto

Por Ciro Alquichire V.

Los acordes de una guitarra flamenca rompieron el silencio del legendario teatro de conciertos de Toronto, el Roy Thompson Hall, con el que se dio inicio de un concierto íntimo, cargado de sentimientos, emociones, buenas melodías, sutil y por momentos explosivo, con el que David Bisbal llevó a su público a un viaje generacional por el romanticismo, con una mezcla de jazz, flamenco y bozzanova.

La gran voz del artista español inundó maravillosamente todo el recinto, mientras sus fanáticos, especialmente sus seguidoras, rasgaban con sus gritos las notas musicales de un concierto acústico, donde el silencio debe ser el mejor estado para escuchar el piano de cola, el chelo, el contrabajo, la batería, la guitarra española y la acústica, que fueron interpretados magistralmente los maestros que acompañan al andaluz en esta gira por Norteamérica.

 Este realmente es un concierto diseñado, estructurado y pensado para un gran teatro, como el Roy Thompson, donde su acústica, su estilo, su impecable sonido, le permitieron al artista estar mucho más cerca de su público y brillar en lo más alto de un escenario, pero en un “baile” muy intimo.

Banderas de España se vieron brillar en la platea, pero Bisbal le dio gusto a todos los latinos que llegaron disfrutar de su música, con bellas melodías del argentino Alberto Cortez, del mexicano Juan Gabriel y de sus compatriotas Joan Manuel Serrat y Alejandro Sanz, con los que se paseó por la historia musical de Hispanoamérica. 

Aunque parte del público se quedó esperando Bulerías, ese son con mucho acento español que pone a bailar al artista y que inexplicablemente no cantó, Bisbal se entregó en cuerpo y alma a sus seguidores, con las canciones que el mismo dice lo han marcado como artista.

“Esta es mi primera vez en Toronto, y quiero llevar a mi gente a que disfruten de un concierto íntimo, muy cercano, con las canciones favoritas de mi repertorio… Es un momento para disfrutar del amor”, no dijo el artista ante de iniciar la gran noche del domingo, de donde el público salió más que satisfecho, especialmente las mujeres que en varias oportunidades y pese a los guardas de seguridad, lograban tocar a su estrella.

Impecablemente vestido, muy formal como lo pide el mismo show, en un escenario sin mayores artilugios, con un público igualmente acorde al gran momento, Bisbal nos dejó ver un artista con una madurez musical con la que llega al corazón de sus seguidores, los mismos que aplaudieron sin cansancio al artista, que no se cansó de agradecer tanto cariño.

Para los que esperaban ver gritar, saltar y mover las caderas del artista, este no fue el más emotivo concierto, pero seguramente salieron más que satisfechos, porque todo lo que se escuchó y lo que se vio, llevaba mucha pasión.  Bisbal cantó con el alma, y dejó ver a una estrella más cercana a su gente. Aplausos para los organizadores. en www.comerciolatino.ca

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