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Aumenta el desespero en Haití, no hay alimentos, ni agua y los muertos van en aumento

19 de Agosto de 2021 a las 08:16

Aumenta el desespero en Haití, no hay alimentos, ni agua y los muertos van en aumento

Multitudes protestan, reclaman asistencia, mientras luchan por obtener algo de lo poco que ha llegado

Las ayudas internacionales no están llegando a tiempo para calamar el hambre de un país que está muriendo en las calles, luego del terremoto de 7,2 de magnitud que azotó a la empobrecida nación, dejando miles de heridos y más de 2 mil víctimas fatales.

Aumenta el desespero en Haití, no hay alimentos, ni agua y los muertos van en aumento HAITI. – Enfrentado ahora el miedo por la amenza de los huracanes que cada vez están más cerca de la empobrecida nación latinoamericana, que va de desastre en desastre, miles de haitianos claman por alimentos, o medicinas para atender a los heridos que mueren en las calles. Las ayudas están llegando, pero son muy pocas para enfrentar las necesidades de todo el país, que desesperado busca abandonar la isla.

El pasado 14 de agosto un terremoto dejó al menos 2.189 personas muertas. Multitudes enfurecidas protestan y reclaman asistencia cinco días después de quedar en la intemperie. La situación se agrava por el colapso hospitalario y cuando queda un número indeterminado de más cadáveres bajo los escombros.

Protestas, multitudes enfurecidas, escasez de agua y alimentos, sumado a un colapso hospitalario. Ese es el panorama en las calles de Haití. El desespero se apodera de miles de sobrevivientes del mortal terremoto del pasado sábado y del que la población aún no se recuperaba cuando a principios de esta semana fue impactada por la tormenta tropical Grace, hoy huracán. 

El hambre y la necesidad urgente de ayudas llevaron a decenas de personas a aglomerarse en el pequeño aeropuerto del distrito de Los Cayos, en el sur del país y una de las zonas más golpeadas, ante la llegada de un helicóptero con cajas de víveres. Muchos expresaron su enojo debido a que la ayuda gubernamental recién comenzaba a llegar días después del desastre.

Un pequeño escuadrón de la Policía desplegado para vigilar las entregas lanzó dos disparos de advertencia para dispersar a la multitud, señalaron testigos a la agencia estadounidense AP.

Entretanto, otros grupos de habitantes se concentraron en los edificios derrumbados desde donde exigieron lonas para refugios temporales. Allí, los trabajadores humanitarios también han advertido sobre los riesgos de enfermedades transmitidas por el agua como el cólera.

 

 

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