Colombia marcha y le dice no al terrorismo, pero ve crecer la amenaza a la paz

Colombia sentía que estaba resurgiendo tras un proceso de paz muy cuestionado que firmó el Gobierno de Juan Manuel Santos, con las FARC, que aun sin perfeccionarse estaba logrando bajar el número de combates, muertos, heridos y secuestros. Pero ahora resurge con fuerza el denominado Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo guerrillero en importancia de este país, que pese a estar en un proceso de diálogo, inició una serie de actos terrorista para presionar al Gobierno, el último de ellos estallando un carro bomba dentro de una escuela militar que dejó 21 víctimas mortales, jóvenes cadetes de la Policía con edades entre los 17 y 22 años, que apenas estaban en proceso de formación para salir a defender el país. El domingo pasado miles de colombianos salieron a marchar contra los terroristas, mientras en el mundo los Gobiernos los respaldaban, pero el sentimiento es que realmente la amenaza contra la paz está más latente que nunca.

EDITORIAL.- Con flores y camisetas blancas, tras los rostros de los jóvenes asesinados, miles de colombiano bajo el lema “Colombia unida en contra del terrorismo”, marcharon por  las principales ciudades del país para rechazar la violencia, tres días después de que un ataque con un carro bomba, realizado por el denominado el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que dejó 21 muertos y 68 heridos.

En el atentado, el peor de su tipo en los últimos 15 años en Colombia, murió el conductor del vehículo, que pertenecía al ELN, y 20 cadetes, jóvenes entre los 18 y 23 años que aspiraban a convertirse en oficiales de la Policía Nacional. “Colombia sí, terrorismo no”, “No más policías ni militares muertos por el terrorismo”, gritaban los participantes en la protesta, muchos de los cuales se acercaban a los policías para abrazarlos en señal de apoyo.

La paz que tanto anhelan los colombianos, quienes estaban sintiendo el nuevo aire que le dio al país el acuerdo firmado entre el expresidente Juan Manuel Santos y las FARC, que ha sido fuertemente cuestionado y criticado, pero que venía funcionando a media marcha, parece que se esfumó, luego del estallido de un carro bomba que estremeció no solo a Bogotá, la capital colombiana donde se perpetró el atentado, sino a toda la nación.

“No habrá más plazos ni contemplaciones”, dijo el Gobierno luego de conocer que el sanguinario atentado era responsabilidad del ELN, un grupo guerrillero con el que se adelantaban algunos diálogos en Cuba, pero que según el Presidente de Colombia, Iván Duque, mandó un mensaje muy claro que "no tiene voluntad de paz".

El Presidente aseguró "he ordenado el levantamiento de la suspensión de las órdenes de captura a los diez miembros del ELN que integraban la delegación de este grupo en Cuba y he revocado la resolución que creaba las condiciones que permitan su permanencia en ese país", con lo que se da por hecho el fin de los diálogos, y crece el miedo el recrudecimiento de la confrontación armada.

De acuerdo al mismo mandatario: "esto significa la terminación inmediata de todos los beneficios otorgados a ellos en el pasado por el Estado y la activación de las circulares rojas de la Interpol" y a renglón seguido pidió al Gobierno de Cuba detener a las líderes guerrilleros que están en su territorio  y entregarlos a las autoridades policiales colombianas.

Por los indicios y pruebas recogidas hasta el momento, la banda criminal pretendía provocar un número de víctimas mayor a los 20 cadetes fallecidos y los 68 heridos que confirmó la Policía Nacional al final de la trágica jornada. Para lograrlo, utilizaron a José Aldemar Rojas Rodríguez, uno de sus mejores expertos en explosivos de la organización, quien murió en la explosión. El ELN, ya reconoció que fue el autor del atentado terrorista.