Comer en Venezuela se convirtió en un lujo que muy pocos se pueden dar
01 de Noviembre de 2016 a las 20:33Los pocos productos que se consiguen alcanzan precios inalcanzables para muchos venezolanos
Para los especialistas lo que está pasando en Venezuela con la falta de alimentos, el desabastecimiento casi total y el incrementando día a día los precios de lo poco que se consigue, se debe en gran parte a que durante años el Gobierno no estimuló la producción nacional, todo se compraba por fuera, y ahora ante la crisis y la falta de petrodólares en el país, las importaciones cayeron, el comercio murió porque el cambio no los favorece, no hay divisas con que pagar y la poca producción agrícola de la nación no da abasto. Incluso hay alimentos importados que cuestan mucho más que en el país de origen, el caso de la leche, el aceite, los frijoles y el arroz.
CARACAS.- Comprar medio kilo de frijoles en Venezuela le puede costar a una persona en estos días, $4.211 bolívares, es decir unos $6,4 dólares, en la tasa oficial, un precio que sube todos los días, y muy superior que en cualquier país desarrollado. Para los venezolanos comer frijoles, carne, arroz, leche y hasta huevos, es todo un lujo que muchos no se pueden dar, porque si consiguen, con el salario mínimo que está por el suelo, no alcanza para comprarlos.
Ese es el panorama del día a día de muchos venezolanos, que buscan en todos lados alimentos a mejor precio, porque ya no se trata de artículos de aseo que ya dejaron se comercializarse como el papel higiénico, sino de alimentos, según un informe del AFP, que destaca como gran parte de los venezolanos ya no pueden comer sus raciones normales a las que estaban acostumbrados, “antes me comía un plato grande de espagueti, ahora la mitad para que me dure dos días", le dijo una jubilada de 75 años a la agencia que hace un profundo análisis de lo que está pasando en el país suramericano.
Ante la situación lo que le queda a muchos venezolanos para conseguir alimentos es comprarle a los "bachaqueros", pero para eso hay que tener muchos más dólares o bolívares en el bolsillo. Ellos traen algunos productos desde Colombia, pero los revenden hasta 40 veces más caros, elevando la canasta básica a 159.710 bolívares (US$242 a tasa oficial), según la firma Hinterlaces, o a 353.785 (US$535), estima el Centro de Documentación y Análisis. En la libre venta, un paquete de 500 gramos de pasta italiana cuesta unos 4.000 bolívares, 3.200 el kilo de arroz colombiano y 3.000 el de azúcar brasileña, precios que al cambio de dólar serían muy altos, para una persona cuyo salario mínimo no sobrepasa los 100 dólares mensuales.
De acuerdo a la agencia de noticias “ante una economía devastada por la caída de los precios del petróleo y una severa escasez, enfrentado al malestar popular y a la presión opositora para sacarlo del poder, el presidente Nicolás Maduro comenzó a permitir la importación y venta de alimentos a precios liberados en varios Estados, y poco a poco en Caracas, pero aún es insuficiente, y el dinero que recibe un asalariado realmente no alcanza para mucho.
De acuerdo al informe bajo ese régimen de control, rige una tasa de 10 bolívares por dólar exclusivamente para la importación de alimentos que el Estado ordena vender a precios subsidiados, pero el sector privado se queja del poco acceso a esa divisa, lo que les impide traer de afuera.
A esto se suma que muchas empresas del exterior no les quieren vender a los venezolanos, varias de ellas colombianas que surtían los supermercados, porque aumentaron las deudas, y los venezolanos no tienen los dólares para pagar, porque deben esperar a que el Gobierno se los adjudique. En el primer
semestre, 65% de las importaciones las hizo el Estado. Del 35% restante que realizaron empresarios privados, más de la mitad fueron a dólar paralelo, según Econoanalítica.
De acuerdo al informe un venezolano recibe un salario mínimo de 65.000 bolívares (100 dólares), dinero con el que difícilmente podrá comprar lo poco que se consigue, porque los precios son inalcanzables, por eso dependen exclusivamente de los que les pueda suministrar y vender el Gobierno, que cada vez es más escaso.
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