Crece la polémica por 1ª máquina expendedora de opioides para adictos en Vancouver
17 de Febrero de 2020 a las 21:53"Esto es un regalo del cielo", dice un drogadicto mientras saca las pastillas de hidromorfona, una droga aproximadamente el doble de poderosa que la heroína. Mientras crecen las críticas, el Gobierno intenta explicar que es un innovador experimento en la lucha contra el consumo y para evitar las sobredosis de opioides que están matando a muchas personas, (395 el año pasado solo en Vancouver), especialmente jóvenes en Canadá. La iniciativa llamada MySafe Project, puso en funcionamiento en diciembre pasado de la primera máquina expendedora de opioides del mundo, pese algunos críticos que consideran que eso no evitará las muertes, ni mucho menos el consumo de drogas, por el contrario lo podría aumentar. La polémica está abierta, porque hay médicos especialistas que creen que es perjudicial, porque les permite a los adictos obtener drogas, que pagarán los canadienses, de manera muy fácil, y eso puede generar mayores problemas. EDITORIAL.- Las cifras hablan por sí solas, más de 5.000 personas han muerto por sobredosis de drogas desde que BC declaró una emergencia de salud pública en 2016, y en los últimos años han aumentado los pedidos de adictos, políticos y médicos, de acceso a un suministro seguro de medicamentos para evitar más muertes. Así surge este experimento, que está generando una gran polémica, incluso entre los médicos. Pese al costo para el estado, y que mucho aun no están de acuerdo que se les suministre drogas a los drogadictos, que terminan pagando todos los canadienses, así surgió la idea de la primera máquina expendedora biométrica de opioides del mundo. La idea del proyecto es ayudar a combatir la crisis generada por la sobredosis de drogas en Vancouver, un problema que también se registra en Toronto, y varias ciudades de Estados Unidos. El propósito de MySafe, que creo la máquina que se asemeja a un cajero automático y brinda a los adictos acceso a una cantidad prescrita de hidromorfona de calidad médica, una droga aproximadamente el doble de poderosa que la heroína, es salvar vidas. El Dr. Mark Tyndall, profesor de epidemiología en la Universidad de Columbia Británica, ideó el proyecto como parte de un intento de reducir el número de muertes por sobredosis en la ciudad, que llegó a 395 el año pasado. "Creo que éticamente debemos ofrecer a las personas una fuente más segura", dijo. Pese a ello hay especialista que no creen que se deba dar la droga a los adictos, el Dr. Mark Ujjainwalla, un médico especialista en adicciones que dirige Recovery Ottawa en el este de Canadá, dice que los usuarios de drogas ilegales necesitan tratamiento para sus afecciones en lugar de un acceso más fácil a las sustancias. Argumenta que tales esquemas están conduciendo a los usuarios hacia la muerte, en lugar de tratar condiciones curables y también teme que las drogas distribuidas desde las máquinas puedan terminar en el mercado negro. Otra cosa muy diferente piensa Don Durban, un trabajador social de Vancouver que luego de una enfermedad tratada con opioides se volvió adicto. El es uno de los 14 drogadictos que por ahora usan la máquina expendedora MySafe en Vancouver, dice que lo mejor es que no tiene que violar la Ley para obtener una solución a su problema de adicción, ni tiene que acudir a los traficantes de drogas. "Esto es un regalo del cielo". Vancouver ya cuenta con varios programas para tratar a los drogadictos, fue pionero en el 2003 en colocar un sitio para que los drogadictos se inyecten bajo la supervisión de profesionales médicos, ya hay varios en esta gran ciudad. También suministra Dilaudid o heroína farmacéutica recetados, a los adictos.
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