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El Covid-19, hace estragos en Brasil, la pandemia está totalmente descontrolada

26 de Marzo de 2021 a las 08:19

El Covid-19, hace estragos en Brasil, la pandemia está totalmente descontrolada

Brasil llega a los 300.000 muertos, y se considera una amenaza para el mundo y sus vecinos

Mientas el mundo ve con asombro la tragedia humanitaria en que se ha convertido Brasil, con miles de muertos diarios, sin camas para los enfermos y el numero de contagiados creciendo, por la falta de controles de bioseguridad y la mala estrategia del Gobierno para detener el avance de la pandemia, cuando saben que tienen una de las variantes más contagiosas y letales, la nación suramericana se convierte en un país que da miedo a sus vecinos, y al resto del planeta, donde le están cerrando las puertas a los brasileros. Muchas naciones ya han tomados medidas para reducir el tráfico de personas y protegerse de la variante brasileña de la covid-19.

BRASIL. – De lejos Brasil es la nación más golpeada por la pandemia en América Latina, ya completo más de 300 mil muertos, y la cifra de contagios diarios esta disparada, mientras el Gobierno hace muy poco por detener el avance del virus, lo que está generando protestas contra el presidente Jair Bolsonaro y sus ministros.

De acuerdo con el Ministerio de Salud brasileño, el gigante latinoamericano registró el 24 de marzo un total de 2.009 muertes. De esta manera alcanza un acumulado de 300.685 decesos desde el 17 de marzo de 2020, fecha en la que se produjo el primer fallecimiento asociado a la enfermedad. 

El Covid-19, hace estragos en Brasil, la pandemia está totalmente descontrolada La pandemia está desbocada en Brasil, en un solo día están muriendo más de 3 mil personas. Cada 100 brasileños que se infectan con covid ahora mismo contagian la enfermedad a otras 123 personas, según los datos del Imperial College de Londres citados en el principal noticiero nocturno. La intensa transmisión —acelerada por la variante brasileña, más contagiosa— ha causado una avalancha de enfermos graves que han llevado al colapso de las UCI de buena parte del territorio.

Mientras el miedo crece en los países vecinos que le han cerrado el paso a los brasileros y en el mundo que siente que la gran nación suramericana es un grave peligro, los científicos temen que Brasil se esté convirtiendo en una incubadora de nuevas variantes y cepas del Covid-19, al punto que la OMS esta pidiendo al Gobierno mayores controles y verdadero plan para enfrentar la pandemia, como lo han hecho gran parte de los países.

La Organización Panamericana de la Salud, la filial regional de la OMS, alertó esta semana a través de su presidenta, Carissa Etienne, de que el coronavirus avanza “peligrosamente” en Brasil, epicentro de la pandemia en el mundo. “Desgraciadamente, la grave situación de Brasil está afectando a los países vecinos”, recalcó y mencionó el aumento de casos en las regiones fronterizas de Venezuela, Perú y Bolivia. El gigante sudamericano tiene frontera con otros siete países. Casi todos ellos registran un aumento de casos por millón, según el recuento de Our World in Data.

Tres Estados brasileños (Acre, Rondonia y Rio Grande do Sul) no tienen una sola plaza libre de UCI. Y más de la mitad tienen el 90% de las plazas ocupadas ante la avalancha de enfermos de las últimas semanas. El panorama no tiene visos de mejorar a corto plazo. La médica Margareth Dalcomo, de la Fiocruz, advierte en declaraciones a O’Globo que “abril puede ser aún peor que marzo” en Brasil. El motivo es un cóctel de factores: “La alta tasa de transmisión, el número de casos entre los más jóvenes, el ritmo lento de vacunación por escasez de vacunas, la mortalidad, el agotamiento de los sanitarios y, lo más triste, por el número de muertos”. Solo ahora el presidente Jair Bolsonaro ha anunciado la creación de un gabinete de crisis ante la presión del Congreso y de los economistas.

Brasil superó el miércoles el umbral de los 300.000 muertos. Con 210 millones de habitantes, su tasa acumulada por millón le sitúa por el momento por detrás de EE UU o España, pero acorta distancias a toda velocidad. Y los 50.000 contagios que suma cada día van cebando una bomba de relojería.

El virólogo José Eduardo Levi explica a la revista brasileña Veja: “Las mutaciones pueden ocurrir en cualquier lugar, pero cuando no existen condiciones propicias para su proliferación, desaparecen. Desgraciadamente, ese no es el caso de Brasil”. El virus circula acelerado entre los brasileños porque parte de la población, incluido el presidente Bolsonaro, no mantiene las medidas básicas de aislamiento social y mascarilla, lo que permite al virus circular libremente y alumbrar nuevas variantes.

Varios países vecinos han detectado en sus territorios la variante brasileña, que se llama así porque Japón la descubrió en un viajero llegado desde Manaos, y han adoptado medidas para protegerse. La P1 es más contagiosa que la cepa original y ataca con mayor virulencia a los jóvenes. Y para empeorar el panorama, algunas personas que ya tuvieron coronavirus se han reinfectado.

En Venezuela, los contagios diarios han aumentado hasta duplicarse desde mediados de este mes. Y eso que existe una notable subnotificación por la escasa capacidad de hacer diagnósticos. Con Brasil convertida en amenaza, es el vecino que ha tomado medidas más contundentes. Esta semana el Gobierno venezolano decretó el confinamiento en todo el país, de modo que solo los trabajadores esenciales de los sectores sanitario y alimentario pueden salir a la calle. La medida fue implantada tres semanas después de que la variante brasileña fuera detectada en tres estados fronterizos.

Colombia y Perú han suspendido los vuelos con Brasil como medida de precaución. Los peruanos solo permiten vuelos humanitarios para repatriar ciudadanos. Los otros, ni eso. Chile, que no tiene frontera con Brasil, mantiene en cambio los vuelos con ese país (y otros destinos), pero con una contrapartida. Los recién llegados en avión, especialmente los de Brasil, deben permanecer 72 horas de cuarentena en un hotel de tránsito aunque tengan una PCR negativa y reciente. Si luego vuelven a dar negativo, tienen que hacer 10 días de cuarentena obligatoria en su domicilio particular. Los costes extras los tiene que asumir el viajero. Argentina ha eliminado parte de los vuelos con el exterior, no solo con Brasil.

 

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