Mandar a una prisión regular a los indocumentados es una injusticia en Canadá

Cuantos inmigrantes sin un estatus legal en Canadá deberán morir en prisiones o cárceles de máxima seguridad en Canadá, para que el Gobierno entienda que estas personas no son delincuentes, y que su único delito ha sido buscar una mejor vida para ellos, sus hijos y familiares.
 

EDITORIAL.- En Canadá, una persona sin estatus legal, inclusive un peticionario de refugio, que apenas está realizando el trámite, puede ser detenida por agentes de la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá, y puede terminar en prisión durante meses o incluso años, simplemente por no tener sus papeles en regla, o porque un funcionario considera que es un peligro, o no acudirá a la citas que le imponga migración. En el caso de Ontario estos extranjeros son llevados a un centro de detención cerca del aeropuerto internacional Pearson, como debe ser, pero el 30 por ciento de ellos termina en cárceles o centros correccionales de la provincia, donde van los verdaderos delincuentes, lo que para muchos es totalmente injusto, porque no son malhechores, o al menos no se les ha comprado en juicio que lo sean.
 

Aunque la Policía en Canadá no puede detener sin ninguna causa justificada a un inmigrante por no tener un estatus legal en el país y en el caso de Toronto están prohibidas las redadas para capturar extranjeros “ilegales” porque fue declarada ciudad santuario, lo cierto es que muchos inmigrantes están terminando en prisión, en cárceles o centros de detención, por pequeños problemas en las calles de Canadá, de donde luego son rápidamente deportados a su país de origen o lamentablemente terminan como presos regulares en prisiones de delincuentes, algo que para muchas organizaciones defensoras de derechos humanos es totalmente ilícito e injusto.
 

Tan solo este fin de semana se conoció en Toronto el caso de un joven que ingresó al metro de la ciudad por la puerta equivocada, y los encargados de seguridad lo confrontaron. Al percatarse que era extranjero, llamaron a la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA), que inmediatamente lo detuvo. El joven estaba tramitando su petición de refugio en Canadá, pero fue directo a un centro de detención para inmigrantes, y después lo pasaron a una prisión de máxima seguridad de Canadá, supuestamente porque el médico que lo atendió en su ingreso al centro de reclusión, le entendió que él se quería suicidar. Casos como estos se repiten en todo el país, personas que sin cometer un delito terminan en cárceles con verdaderos delincuentes, o enredados en proceso legales por semanas, mientras se aclara su situación.
 

Gran parte de ellos terminan deportados, porque los abogados que se encargan de sus procesos, no logran detener la orden, otros pasan largo tiempo en prisiones, en donde ya se han presentado varias muertes, en algunos casos según los reportes, porque las personas se deprimen tanto y terminan suicidándose, aunque hay denuncias de supuestos casos de abusos de las autoridades. Las denuncias sobre el drama que viven estos indocumentados que terminan en cárceles del país junto a verdaderos delincuentes, surge luego que un grupo de médicos y profesionales de la salud, alertaron sobre como mucho de los extranjeros son transferidos a cárceles de Ontario, supuestamente por estar enfermos, cuando esta tampoco es una razón justificada para mandarlos a estos lugares, donde terminan los delincuentes.