¿Se debe prohibir o no el uso de teléfonos celulares en algunos lugares?

Los enfermos usuarios de teléfonos celulares que no pueden vivir un segundo sin tenerlos en sus manos porque se sienten fuera de este mundo, cuando debería ser todo lo contrario, están criticando fuertemente el avance de prohibiciones de uso de estos aparatos electrónicos en muchos sitios, porque consideran que se les violan sus derechos y libertades, pero hay otros que piden que se imponga más controles y medidas mucho más fuertes, ¿Quiénes tienen la razón?

EDITORIAL.- En gran parte del mundo, incluido Canadá, ya está prohibido el uso de teléfonos celulares cuando se está manejando un vehículo, por el peligro que representa, especialmente cuando se intenta mandar o leer un mensaje de texto; también todo aquel ha viajado en avión conoce de sus limitaciones, es más que en muchos vuelos se exige apagarlos y conocemos prohibiciones similares en hospitales, colegios, universidades, prisiones y algunas instituciones del Gobierno, algunas por seguridad, que se implementaron y fueron aceptadas, así a muchos no les gustara. Pero el problema ahora es que están surgiendo muchos críticos que dicen que deben existir más controles al uso indiscriminado de estos aparatos, más restricciones por razones sociales y culturales, pero principalmente por respeto y educación, lo que está generando un gran debate en el planeta.

Los teléfonos celulares y todos estos aparatos nuevos de tecnologías que permiten una comunicación, rápida, oportuna y en la mayoría de los casos necesarias, está generando un fuerte debate entre los que creen que el mundo, y especialmente las nuevas generaciones están perdiendo mucho por el exagerado uso que se hace de los inalámbricos, que ya ni siquiera en la mesa donde se come, en la cama, en el baño, en la cocina, en el cine, en el trabajo, en el bus, en carro, en el tren, en la fiesta, en la iglesia y muchos lugares como el salón de clase puede faltar.

El uso de teléfonos celulares es ahora una parte integral de la vida cotidiana, para bien o para mal, algo que por ahora no va a cambiar, porque para donde usted mire hay tres o cinco personas utilizándolos algunos para llamar, mandar mensajes, tomar fotografías e incluso navegar en Internet, pero otros hasta para jugar, lo que ha impuesto muchos cambios en las vidas sociales de las personas, cambios que muchos adultos consideran falta de educación, pero que para los jóvenes que nacieron inmersos en esta época, es totalmente normal.

Algunos maestros, padres de familia, empleadores, directivos de empresas, jefes de personal, conferencistas, expositores, cantantes, músicos y demás personas que se enfrentan a un público, aseguran que deben existir reglas más estrictas sobre donde y cuando se debe hacer uso de estos teléfonos porque estas nuevas tecnologías están generando un aislamiento de la sociedad, tanto que en una mesa donde hay 5 jóvenes compartiendo un momento de diversión, tres hacen uso de su móvil para comunicarse, perdiéndose el instante que están viviendo.

Para los profesores los teléfonos celulares son verdaderos distractores que alteran el transcurso de una clase normal, y que también pueden ser utilizados para hacer trampas a la hora de generar conocimientos, por eso deben existir reglas más estrictas para su uso, pero para muchos uno de los grandes beneficios de permitir los teléfonos celulares en las escuelas y colegios es que los padres pueden comunicarse con sus hijos en cualquier momento.

En las casas de familia pasa algo similar, porque el padre quiere prohibir el uso exagerado del aparato electrónico, pero es el primero en dar un mal ejemplo a la hora de contestar en cualquier parte, por ello lo importante de establecer las reglas claras, pero que también que todas las cumplan, sin importar el donde, el cómo, y el cuándo, solo por respeto de los que tiene en frente, el mismo que también debe exigir.