Un partido de béisbol selló la despedida de la visita de Obama a Cuba

LA HABANA.- El final de la visita oficial de un presidente de EE.UU., a Cuba no pudo ser mejor. El encuentro fue sellado con un partido de béisbol, al que asistieron los mandatarios. Fue un encuentro entre el Tampa Bay Rays de las Grandes Ligas y el equipo nacional de la isla. También estuvieron presentes el secretario de Estado John Kerry y negociadores de las Farc, el grupo guerrillero que adelanta un proceso de paz con el Gobierno colombiano y del cual ambos mandatarios afirmaron seguirán ayudando a que se concrete.
 

Durante su discurso en La Habana, Barack Obama, presidente de Estados Unidos, aseguró que “Cuba y Estados Unidos comparten un pasatiempo nacional, la ‘pelota’”, en referencia al béisbol. Precisamente, ese deporte, que por tantos años fue sinónimo de disputas entre los dos países, fue un símbolo de unión a la hora de la despedida.

El béisbol es una de las pasiones deportivas de cubanos y norteamericanos, en ambos países se vive con mucho fervor cada encuentro en las grandes ligas en la que muchos cubanos son protagonistas, por eso no sorprendió que en la agenda de la visita oficial del Presidente Barack Obama, uno de los eventos programados fuera un partido de la pelota caliente como le llaman en la isla, del que fueron testigos unos 55.000 aficionados cuidadosamente seleccionados, centenares de periodistas y Obama y Castro, como testigos de cómo el deporte también puede marcar un cambio.
 

Los Tampa Bay Rays se convirtieron en el segundo equipo estadounidense de Grandes Ligas en jugar en Cuba después de 17 años, cuando los Orioles de Baltimore lograron llegar a un partido en un momento de acercamiento entre Washington y La Habana, es recordado como el primer paso de la llamada "diplomacia del béisbol".
 

Obama se sentó al lado del presidente Raúl Castro, en el principal escenario deportivo cubano construido en 1946 a observar el partido previsto para las 2 p. m., hora local, que pudo disfrutar entre aplausos, muchos canticos y la mirada de gran parte de los cubanos que fueron invitados especiales a este encuentro deportivo.
 

Analistas internacionales señalan que “el béisbol es la mejor fotografía de lo que fueron las relaciones entre cubanos y estadounidenses durante el embargo”. Por un lado, los caribeños aportan talento y una suerte de mística al deporte emblema de los americanos. Mientras los estadounidenses tienen toda una multinacional formada alrededor de esta práctica.