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Hablando Claro

13 de Junio de 2018 a las 10:11

LA NUEVA ESPAÑA

Vientos de cambio

ANABELLE CHACON CASTRO

Mariano Rajoy fue censurado como presidente del gobierno español el 25 de mayo y sustituido por Pedro Sánchez, quien ni siquiera se desempeñaba como diputado, en términos comunes un “outsider”.  Esta situación puede ser una lección para muchos países en diferentes formas.

Primero que nada ¿quiénes son los personajes? Bueno, Rajoy es un político con una larga trayectoria que desempeñó diversas funciones durante los gobiernos de José María Aznar.  También presidio el Partido Popular como su secretario general.  El partido al que pertenece es el Partido Popular - PP, de centro derecha.  Lideró la oposición contra José Luis Rodríguez Zapatero. Esto hizo que gane notoriedad que le llevó al poder en diciembre del 2011 con una mayoría absoluta en el congreso.  Durante su gobierno tuvo que enfrentar situaciones difíciles como el intento independentista de Cataluña, crisis económica, elecciones vascas y gallegas, atentados yihadistas y, por último, corrupción.

En la otra esquina, tenemos a Pedro Sánchez, un economista que se ha desempeñado como concejal de Madrid y fue diputado una vez, pero en su segunda postulación perdió y al momento de ser designado como presidente del gobierno español no desempeñaba ningún curul.  Su partido, Partido Socialista Obrero Español – PSOE, es de izquierda, del cual es su secretario general, había perdido credibilidad y sus adherentes estaban optando por la nueva fuerza política española Podemos, liderada por Pablo Iglesias.  Uno de los motivos porque los votantes del PSOE perdieron fuerza es por la ironía de tener una élite que les dirija y perder su base obrera, ya que el mismo Sánchez proviene de una familia acomodada.

Segundo, la situación por la que produce el relevo en el gobierno.  El escándalo de corrupción del PSOE, conocido como el Caso Gürtel, nombre alemán de Correa, llamado así por el empresario Francisco Correa, empresario principal en el entramado de corrupción, del cual el PP conseguía los fondos y llevaba la “contabilidad B” en donde se guardaban todos los registros de los dineros recibidos, por lo cual el tesorero del PP, Luis Bárcenas, fue condenado a 33 años y su esposa a 15 años, por haberse beneficio del lucrativo negocio.  De los 37 implicados, 29 fueron sentenciados. Para lograr la censura de Rajoy, el PSOE hizo una alianza con Podemos y contaron con la mayoría necesaria para lograrla y hacer que Sánchez sea designado como su sucesor.

Tercero, las consecuencias.  Una vez designado Sánchez tuvo que obtener el beneplácito del Rey Felipe quien le tomó juramento para envestirlo de autoridad.  El juramento de su lealtad al rey y a España, Sánchez lo hizo ante la Constitución y, por primera vez, un presidente español omitió la presencia de la Biblia y del Crucifijo, lo que considero un elemento curioso, ya que por un lado se desconoce la autoridad de la Iglesia, pero se jura lealtad al rey, que en sus origines eran los elegidos por designio divino. 

En la ceremonia estuvo presente el defenestrado Rajoy, quien días más tarde renunció a la presidencia de su partido, diciendo “Ha llegado el momento de poner punto final y que el PP siga con el liderazgo de otra persona”.  Rajoy ha tenido un acto de decencia al aceptar con caballerosidad los hechos y permitir que se dé una transición racional dentro de un orden constitucional que garantice la democracia española.  Quizás es algo que los gobiernos de izquierda deberían aprender y aceptar cuando los de derecha los cuestionan.  Dentro de los marcos democráticos, de todo país que se jacta de serlo, existen los mecanismos de censura y destitución de los funcionarios cuando estos atentan contra la dignidad de sus funciones.  No se debería tomarlo, como lo fue en el caso español, como un rompimiento del orden democrático sino, mas bien, como un fortalecimiento de la democracia.  Lamentablemente, cuando ocurre lo contrario y los gobiernos de izquierda son sometidos a estas normas constitucionales, inmediatamente se las desconocen y se lo declara un golpe de estado, llevando a los países a una confrontación que no hace bien a nadie.

Sánchez se presenta como una figura joven de cambio, por primera vez el país hay un gobierno con un gabinete mayoritario de mujeres, 11 de los 17 ministerios son ocupados por ellas y se espera que pueda ser la figura que reunifique a la resquebrantada España y se convierta en una completamente nueva.


 

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