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María Magdalena y la televisión alternativa

23 de Mayo de 2019 a las 21:57

MARIA MAGDALENA Y la televisión alternativa

ANABELLE CHACON CASTRO

María Magdalena, serie producida por Sony Pictures Television del director mexicano Juan Felipe Cano y con un reparto mayoritariamente colombiano, fue un fracaso.  Sus sesenta capítulos, rodados en Marruecos y Colombia, tuvieron un costo cuatro veces mayor a cualquier telenovela mexicana, una industria con alta tradición en la audiencia latinoamericana. Su rodaje, que le costó 12 millones usd al Grupo Salinas, principal financista del proyecto, comenzó en marzo del 2018 y fue estrenada en febrero del 2019 en los canales mexicanos de TV Azteca en el horario estelar de las 19:30 pero debido a los bajos rankings pasó al horario de las 22:00 y finalmente fue retirada del aire cuando solamente se habían pasado veinte capítulos.

Al retirarse del aire, María Magdalena fue vendida a Netflix donde, contrariamente a lo ocurrido en la señal abierta, ha sido un éxito desde su lanzamiento en abril de este año. La historia está basada en el guión escrito por la periodista caleña Lina Uribe.  Aunque la historia de María Magdalena ha sido muy manoseada a través de los tiempos por ser considerado como un personaje bíblico sombrío, en la serie se reivindica.

En cada capítulo se nota la calidad de la producción.  La actuación es impecable, el personaje principal, encarnado por María Fernanda Yepes, conocida por su personaje de La Diabla en “Sin Senos no hay Paraíso”, calza justo en la personificación de la pecadora que nos cuenta la Biblia; las locaciones se asemejan a los paisajes bíblicos y las maquetas que representan las ciudades son muy reales. Por otro lado, la decoración y el vestuario son muy elaborados, en general, todos los escenarios son coherentes con la época en la que se representa la historia.

El guión rompe con la concepción de Magdalena como la pecadora que está a punto de ser apedreada por infiel y nos presenta una mujer inteligente, educada, independiente, totalmente lo contrario a lo que la sociedad de ese tiempo permitía.  Este mensaje se retrata en el capítulo 33 cuando Abigail, esposa de Pedro, le confiesa a su madre que Magdalena sabe leer, hacer cuentas y hablar varios idiomas, con asombro e incredulidad, la anciana le responde que eso no es una mujer sino un demonio y le pregunta que será de la sociedad y qué vendrá después.

MARIA MAGDALENA Y la televisión alternativaLa serie de María Magdalena rompió el esquema de las telenovelas mexicanas de la historia típica de la jovencita pobre que se enamora del muchacho rico y luego de muchas peripecias se convierte en una mujer de éxito y vive por siempre feliz con su príncipe azul; o, el esquema colombo mexicano del narco tráfico, donde todo vale por llegar a tener el dinero y poder, aaahhh, y encima más los narcos tienen códigos de conducta y principios inviolentables como la lealtad, es decir, que estar en el mundo de las drogas no es “tan” malo ni te hace mala persona.

Magdalena es un personaje bíblico que tradicionalmente ha sido vilipendiado por la historia y se le ha marginado, más que por ser pecadora porque Mateo fue cobrador de impuestos y se incluyó entre los apóstoles, por el gran pecado de ser mujer.  La sociedad actual está dando oportunidad a la mujer para que recupere el espacio que le ha sido negado. 

Quizás por esto es que la serie fracaso en la televisión abierta, porque el público que la miraba no sabía entender por qué Magdalena no es como se la ha conocido habitualmente y se la presenta como una mujer que fue condenada y desplazada por los apóstoles por su capacidad de pensar y opinar.  En cambio, para un público como el de Netflix que ya está en los 150 millones, el éxito fue total, claro que no está a la altura de una serie española como “Casa de Papel” o la archi famosa “Juego de Tronos” de HBO, pero es un buen comienzo para la producción colombo mexicana que gana escalones con competidores europeos y americanos.  La televisión es está cambiando y con ella su público, por lo tanto, las producciones de series tienen que estar de acuerdo a los nuevos tiempos.  María Magdalena fracasó ante un público que vive en un esquema machista e ignorante, y que se niega a ver una televisión reflexiva y diferente, pero triunfó ante una audiencia más selectiva que acepta cuestionarse y pensar diferente.  Todo estuvo bien, excepto el marketing. Así que, si quiere disfrutar de algo completamente diferente a cuentos rosas o de narcos, vea María Magdalena y saque sus propias conclusiones.

 

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