La corrupción un flagelo que se está devorando a Latinoamérica, no para de crecer

Por más que los países latinoamericanos sean ricos en minerales, biodiversidad, recursos naturales, y tengan grandes empresas en el panorama mundial, la corrupción política, administrativa, y de los gobiernos, no les permite avanzar. El grave problema ha estancado a la región, y a muchos países como Venezuela, que pese a estar sobre las grandes reservas de petróleo del mundo, gran parte de sus ciudadanos viven en la pobreza absoluta, mientras otros recorren el mundo buscando una forma de vivir que les permita ayudar a los familiares que dejaron atrás.

EDITORIAL. – En Latinoamérica la corrupción siempre aparece entre los temas principales de los políticos y candidatos a la presidencia, que aseguran acabarán con ella, pero pasan los gobiernos, y el problema sigue creciendo.  

Para los analistas internacionales no cabe duda de que es una de las problemáticas más arraigadas en toda América Latina, lo que genera que la pobreza en vez de desaparecer crezca, porque los recursos que son para los programas que pueden ayudar a la ciudadanía, se los roban, y muy pocos de los responsables terminan en presión, porque los que los organismos que controlan también son corruptos. 

En la última década el flagelo de la corrupción se extendió en América Latina a niveles prácticamente sin precedentes. El informe, publicado conjuntamente por Control Risks y la Americas Society/Council of the Americas, evalúa y clasifica a 15 países de América Latina en función de su capacidad para detectar, castigar y prevenir la corrupción, y desde hace años países como México y Brasil, no logran avancen para enfrentar el problema, mientras Uruguay aparece siempre en el primer lugar, como el menos corrupto en la región.

De acuerdo al informe los presidentes, los políticos y los gobiernos, no enfrentan en problema como debe ser, por el contrario, toman decisiones, que aumentan el flagelo que devora los recursos del estado que podrían mejorar la calidad de vida de millones de personas. El jefe de Estado mexicano, por ejemplo, declaró que plantea eliminar la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción, “lo cual afectaría los esfuerzos institucionales para combatir la corrupción”.

En el ranking del Índice de corrupción Venezuela y Bolivia lideran el grupo, pero muy cerca va Perú, le siguen República Dominicana y Argentina. La nación caribeña registró el mayor aumento en su puntuación, un 18% desde 2021.

Debajo de Argentina se ubican países como Panamá y Colombia, que registraron leves mejoras en su puntuación general. En el caso de Colombia, el presidente electo Gustavo Petro ya propuso reformas anticorrupción como una legislación para la protección de denunciantes, presupuestos participativos y mejor vigilancia de la contratación pública, así como la creación de una fiscalía anticorrupción y una comisión internacional para investigar casos de corrupción pasados.

En Ecuador, el presidente Guillermo Lasso promulgó un decreto mediante el cual se impulsa la creación de una Secretaría Anticorrupción que será un cargo de nivel ministerial. Todos esperan que los organismos nuevos de control den buenos resultados en Ecuador y Colombia, pero en muchos países han hecho lo mismo, y los robos al estado no se detienen.

Venezuela y Bolivia, se mantienen como los países con peores índices. Respecto al país vecino a Colombia, el informe sostiene que “la independencia judicial recibió un golpe con el nombramiento de nuevos jueces del Tribunal Supremo de Justicia en abril”, maniobra que utilizó el presidente Nicolás para seguir manejando los recursos del estado en lo que él quiere.