Reconstrucción en Ecuador, demorará años y costará miles de millones de dólares

En un primer estimativo, el Presidente Correa dijo que la reconstrucción costará entre “unos $2.000 o $3.000 millones de dólares”, pero los expertos dicen que la cifra se queda muy corta, y la recuperación será muy lenta, porque no hay recursos suficientes para hacer las obras que se requieren con urgencia, como redes de energía, agua y vías, sin contar con las casas o los albergues, y el país dependen en gran parte de los ingresos de la venta de petróleo y el crudo esta por el suelo.
 

QUITO.- Mientras se siguen sacando cadáveres de entre los escombros, y se inicia la demolición de edificios y casas que generan riesgos en las poblaciones afectadas, la Presidencia de Ecuador, hace cuentas de lo que le significará al país la reconstrucción de las zonas afectadas por la tragedia, que según el mismo presidente de la República, Rafael Correa, “tomará años y miles de millones de dólares”, porque ha sido el desastre más grande de los últimos 70 años. Ante tantas necesidades y el costo que se debe asumir para ayudar a los miles de damnificados y la reconstrucción de las poblaciones afectadas, la ONU, la OEA y la Cepal prometieron personal de apoyo y ayuda económica; mientras varios países como Colombia, Chile, Perú, México, España y Cuba, ya están enviando ayudas. Por su parte el PNUD y la ONG Save the Children activaron líneas de donación internacional y en el mundo se hacen colectas para la misma causa, pero Ecuador tendrá que asumir gran parte del costo de lo que se viene, que según el Presidente será muy alto, y no hay muchos recursos.
 

Correa dijo que ahora buscarán identificar las construcciones que tendrán que demolerse para dar paso a las nuevas cimentaciones, que se iniciarán las obras de infraestructura pública, es decir acueducto, alcantarillado, vías y redes eléctricas, entre otras, que quedaron afectadas o destruidas, y recalcó que solo ese trabajo “tomará años". Aunque se ha especulado sobre los miles de millones de dólares que requiere el país para la reconstrucción de las poblaciones afectadas, el Gobierno dijo las cifras definitivas solo se conocerán dentro de unas 6 semanas, cuando se realice toda la evaluación. El estudio lo está realizando la Secretaría de Planificación (Senplades) con colaboración de expertos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal). 
 

Ecuador en los últimos años ha disfrutado de una bonanza petrolera, que le permitió al Gobierno invertir miles de millones en infraestructura, mejorar salarios y aumentar el gasto público, pero desde el año pasado con el bajo precio internacional del petróleo, la situación ha afectado el crecimiento económico, y ya se había recortado el presupuesto para el 2016, pero con este desastre natural, la situación puede empeorar, porque no hay suficientes recursos para enfrentar la tragedia, y hay muchos damnificados esperando una ayuda.
 

Un panorama que pinta muy oscuro para el Gobierno, especialmente porque la economía de este país no marcha muy bien ante la caída de los precios internacionales del petróleo, tanto que el presupuesto para el 2016 ya se había recortado y ahora debe enfrentar esta tragedia para la cual no estaba preparado, y no contaba con muchos ahorros de la bonanza del petróleo que se utilizó entre otras cosas para mejorar las vías del país, hacer aeropuertos, y otras edificaciones, y mejorar salarios de los trabajadores del estado. Las poblaciones más afectadas por el terremoto son Manta, Pedernales, Muisne, Portovejo y Esmeraldas, en el noroccidente ecuatoriano, que fueron el epicentro de un demoledor terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter.
 

Al cierre de esta edición, la cifra de muertos ya bordeaba los 600, y aun había muchos desaparecidos y personas bajo los escombros. Los heridos ya superan los 5.000, sin contar que muchos aún no han podido ser atendidos, mientras crecen las quejas de los damnificados que están durmiendo en las calles, porque aún están sin energía, agua, comida, medicamentos y un techo donde pasar la noche, pese a las ayudas humanitarias que siguen llegando de muchas partes del mundo. Otra de las quejas de las personas afectadas son los saqueadores que están entrando a las casas y edificios derrumbados a robar, mientras a sus propietarios se les impide el ingreso por el peligro que representan las ruinas que quedaron de la tragedia.