El dólar estadounidense para de subir y da un respiro a varios países

El peso colombiano es una de las monedas más devaluadas en América

Pese a la caída del precio, hay muchos países sufriendo con la devaluación de su moneda, como Colombia, Chile y Argentina, mientras países como Brasil, Perú y México están resistiendo y le están ganando el pulso al dólar. El peso colombiano es una de las monedas más devaluadas en América Latina en las últimas semanas.

LONDRES. - El dólar estadounidense ha dado un respiro al mercado de divisas mundial, en una jornada en la que el billete verde cayó en prácticamente todos sus cruces más importantes, después de conocerse que los precios del mercado inmobiliario en Estados Unidos ha caído al ritmo más rápido de la historia.

Así, en esta última jornada de tregua del dólar frente al mundo, el euro ha aprovechado para recuperar los 0,99 dólares, en un día en el que el cruce llegó a subir más de un 1%, estabilizándose, a media sesión de Wall Street, en el entorno del 0,8%. Con este último impulso alcista el euro ya recupera un 3,8% frente al dólar desde los mínimos que se tocaron el pasado 27 de septiembre, en los 0,959 dólares por euro.

En general, la caída del dólar frente a la cesta de divisas más importantes del parqué ha sido similar a la que ha sufrido frente al euro: el índice dólar, la cesta que pondera los principales cruces del billete verde, retrocedía ayer un 1% a media jornada.

Los especialistas indican que algunos de los factores que han impulsado al dólar al alza en muchos países, como son las altas tasas de interés en Estados Unidos, así como la crisis en Europa en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Otro factor que impulsa el dólar en la región son las preocupaciones por la demanda de materias primas por parte de China, país que tiene una proyección de crecimiento más lento en el 2023.

Asimismo, advierten que otro factor que genera un impulso en el dólar en países como Colombia, Chile, Argentina y Venezuela, es la inestabilidad política, que está generando un bajo crecimiento de la inversión privada  y la percepción de estancamiento que limitan el ingreso de capitales.