En el Día de San Valentín, rescatemos el núcleo familiar

Por Lupe Ledesma

Algunos cambios sociales, el modernismo y las condiciones actuales de la vida le han quitado parte del protagonismo que le ha dado la humanidad a la familia, por ello al llegar el día de los enamorados, una fecha especialmente manipulada por el comercio, quiero rescatar la base de cualquier sociedad, la familia, como símbolo de unión, entrega y especialmente amor.

En San Valentín, no hace falta que compren costosos o espectaculares regalos para asombrar a su pareja, si realmente lo que los une es el amor, solo basta con ese pequeño detalle que hacen de esta fiesta un día especial, pero por encima de cualquier cosa piense que la familia debe ser la protagonista de esta fecha, en donde los padres les demuestren a sus hijos la importancia de vivir en pareja, el respeto por el compañero de este viaje por el camino de la vida y de las diferentes formas que existen para expresar cariño, que no son necesariamente materiales.

Debemos tener siempre presente, que pese a todas las circunstancias, a las dolorosas separaciones, los divorcios, a los problemas intrafamiliares, la familia sigue siendo la célula que hace posible que sigamos creciendo como sociedad en el transcurso del tiempo. Como dice un adagio popular, buena o mala, la familia es para siempre y será fundamental en los momentos difíciles y gozará con nosotros en los momentos de gloria.

Pasar los principios que nos dieron nuestros padres y la herencia que ellos nos dejaron, en la que nos inculcaron, sigue siendo de gran importancia en nuestra sociedad y es algo que los latinos no debemos perder, pese a que estemos inmersos en otra cultura, porque eso nos identifica como comunidad.

Dentro de una familia, de bases sólidas y buenos fundamentos, todos reciben el cariño y los cuidados básicos que les permiten crecer y desarrollarse como personas de bien, hasta alcanzar cierto grado de autonomía como individuos y formar un nuevo hogar.

En San Valentín miles de parejas en el mundo se expresan su cariño de diferentes maneras, pero que bueno sería que por un momentos realmente pensarán y analizarán la importancia de estar realmente juntos como un solo núcleo, esperando la bendición que significan la llegada de los hijos, o planificando la llegada de estos para conformar un eterno y verdadero hogar.

No estoy en contra de los cambios modernos, por el contrario los asimilo y recojo lo mejor de ellos, pero frente a lo que significa la familia, sigo pensando de la misma manera que todos mis antepasado, que hay que protegernos para no dejarnos llevar por la moda, porque es ahí donde se aprende a amar y a comunicarse como pareja.

Cuantos siglos y generaciones han pasado, miles quizás, pero la humanidad le sigue dando la importancia a esta institución, independientemente de las creencias religiosas, de la cultura o del desarrollo de un país, porque es la familia en punto de apoyo para enfrentar la vida misma.

Muchos inmigrantes saben de lo que les estoy hablando, porque sufren de la ausencia de sus seres queridos, de sus padres, hermanos, primos, hijos y en general ese lazo fuerte, e inexplicable que une a familia, y que muchas veces no nos damos cuenta que existen hasta que se pierde. Por ello disfrute de este San Valentín, en pareja, pero sin dejar a un lado la familia, que es su punto de partida.