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Nada ni nadie logra detener el desastre económico de Venezuela

02 de Mayo de 2018 a las 05:55

Venezuela ya tiene la inflación más alta y acelerada del mundo, y de la historia. En tan solo dos meses pasó desde el 4,966 por ciento anual que registraba a finales de febrero a más de 17,968 por ciento con que cerró abril, en una tendencia que de continuar podría llevarle a cerrar el 2018 con una tasa anual por encima del 100,000 por ciento, algo nunca visto. La tasa interanual registrada en abril ya supera el pronóstico anunciado recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el 2018, de 13,864 por ciento. Según el organismo internacional un salario mínimo no alcanza ni para comprar un pollo, para comer. 

EDITORIAL.- Para intentar detener el desastre de la economía de Venezuela, que está generando mucha más hambre y miseria que décadas de corrupción, y para que los venezolanos tengan en su moneda oficial algún estímulo para trabajar y no abandonen el país, pero especialmente para ganar votos, el presidente Nicolás Maduro anunció un nuevo incremento del salario, lo subió en un 155% del salario mínimo, el tercer incremento en lo que va del año, pero eso no representa casi nada para los trabajadores, que ya no quieren salir de sus casas, porque gastan mucho más en transporte que en lo que ganan.

La hiperinflación que golpea al país es insostenible. A menos de un mes de las elecciones presidenciales Maduro, quien buscará la reelección, acordó un nuevo ajuste salarial que llevó el sueldo mínimo mensual a un millón de bolívares (casi un 95% de aumento, unos $1.61 a la tasa del mercado cambiario paralelo), que sumado a los tickets de alimentación ubicó el salario integral mensual en 2.55 millones de bolívares (unos $4.11 dólares). El ajuste salarial entrará en vigencia a partir de mayo.

El mandatario anunció además que este martes, con motivo del Día del Trabajador, entregará un bono a los empleados públicos de 1.500.000 bolívares (21,5 dólares a la tasa oficial y casi 2 dólares en el mercado negro). Pese al elevado porcentaje, el ingreso mínimo -que había sido incrementado 64% el 2 de marzo- alcanza hoy para unos dos kilos de pollo, en medio de una hiperinflación que podría superar 13.800% este año, según el FMI.

Maduro, candidato a la reelección en los comicios anticipados del próximo 20 de mayo, reajustó el ingreso mínimo cinco veces en 2017.  Unos 13 millones de trabajadores devengan salario mínimo o reciben el llamado 'cesta ticket', sobre una población económicamente activa de 19,5 millones, según el gobierno.

Venezuela enfrenta una severa escasez de alimentos y medicinas, debido en gran parte a un drástico recorte de las importaciones por la reducción de la renta petrolera. El crudo aporta 96% de los ingresos del país, por lo que el Estado, que monopoliza las divisas, redujo su asignación al sector privado empujando al alza, según analistas, el dólar negro con el que se importan varias mercancías.

Pese al desastre Maduro anunció con bombos y platillos el nuevo incremento salarial, como si lo que subió les alcanzará a los venezolanos para sobrevivir. "En resumen, un aumento integral del ingreso de los trabajadores del 95 % por el Primero de Mayo de 2018. Aquí está (la) justicia social, escudo frente a la guerra económica", ha afirmado Maduro en un discurso televisado desde Expo Venezuela Potencia.

El salario pasa de 392.646 a 1.000.000 de bolívares y que los bonos de alimentación suben de 915.000 a 1.555.500 bolívares.

La situación económica tiende a empeorar ahora que 16 países, liderados por Estados Unidos, Canadá, Colombia y México, han exigido a la banca internacional no facilitar prestamos al gobierno de Maduro, hasta que no haga un llamado a libres lecciones, porque creen que su reelección será todo un fraude.

 

 

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