Preocupación por la salud de los candidatos a la Presidencia de EE.UU.

Cuando todos pensaban que el camino se estaba despejando para que Hillary Clinton ganara la presidencia de Estados Unidos, una enfermedad se le pone en el camino y está generando muchas dudas sobre lo que pasará en el vecino país, porque al parecer ninguno de los dos candidatos están en buen estado de salud y la edad no les ayuda, máximo cuando se espera que gobiernen durante varios años una de las grandes potencias del mundo donde deberán tomar fuertes decisiones.
 

EDITORIAL. Como nunca antes el cargo de vicepresidente de Estados Unidos está recobrando mayor importancia en la historia, especialmente cuando la virtual ganadora de las elecciones tuvo que abandonar los actos conmemorativos del 11-S casi desmayada mientras su médico personal tuvo que develara que la candidata tiene neumonía, aunque ya había dicho que estaba muy fuerte y saludable. Pero la dudas sobre la salud de Clinton, de la que se ha especulado mucho especialmente por su historial de enfermedades, se extendieron ahora sobre el otro candidato, Donald Trump, que ha unas semanas de las elecciones dijo que presentaría su historial médico, pero presentó una certificación que cualquier medico puede hacer.
 

La salud de la candidata demócrata, de 69 años, con seguridad afrontará nuevos cuestionamientos sobre su capacidad física para ser presidenta, pero la de Trump, y su capacidad mental para resolver los grandes problemas del país y tomar fuertes decisiones también está en duda, de ahí la importancia de que se presente un verdadero informe médico sobre el estado de los dos.
 

Trump de 70 años ya presentó uno, pero en el que no da mayor información. El médico personal del millonario dijo que el candidato goza de excelente salud, tanto física como mental. Sin embargo Trump se ha rehusado hacer público su historial médico, como se lo pide a Clinton. En caso de ganar las elecciones, Trump se convertiría en el presidente con más años en asumir este cargo.
 

En las elecciones presidenciales de cualquier país, pero especialmente la estadounidense,  la salud de los candidatos suele ser bastante importante, al punto que puede ser un punto decisivo a la hora de votar, como ya ha pasado, pero ahora el problema es que los dos candidatos pueden tener algún tipo de problema en este sentido.
 

El descubrimiento de la enfermedad de Clinton se dio después de que ella se retirara de un acto en Nueva York en memoria de las víctimas de los atentados del 11 de septiembre, luego que un video fuera publicado en Internet, en la que se ve a la candidata demócrata sujetada por el brazo por una asistente y luego casi subir al vehículo desmayada, y ayudada por dos agentes del servicio secreto a montarse en una camioneta, pero la enfermedad venia de días atrás, lo que generó fuertes críticas contra la candidata, por intentar ocultar información a los estadunidenses, justo cuando Trump exigía se hiciera público el historial médico de ella. El Millonario a mediados de agosto afirmó que Clinton carece de la "fuerza física y mental para combatir a Estado Islámico y a los muchos adversarios que enfrentamos".
 

Es tan importante lo que puede pasar si se sabe que el candidato está gravemente enfermo, que luego del episodio en New York, ella salió caminado fuera de su residencia y saludó a la prensa, afirmando "me siento genial. Es un día bello en Nueva York", dijo, pero muchos no creen. Su médico ha dicho que tras el diagnóstico de la neumonía, Clinton inició un tratamiento con antibióticos y se le recomendó descansar y modificar su agenda, pero extrañamente ese mismo doctor divulgó el mes pasado una declaración en que afirmaba que la candidata se encontraba "con una salud excelente y en condiciones para ocupar el cargo de presidente de Estados Unidos".